Andrés, el demócrata

Opinión
/ 28 diciembre 2022
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Power in respect Neto Reyno

La cultura política de imposiciones, dedazos, tapados, acuerdos en lo oscurito y decisiones cupulares de las élites políticas, continúa arraigada entre la sociedad. Es una herencia que el priísmo ha dejado hasta nuestros días, algo que incluso referentes, militantes y simpatizantes de Morena siguen normalizando como una práctica común en la política para la selección de candidatas y candidatos, y como sucede con las maldiciones en películas de terror, pareciera que nos enfrentamos a un mal imposible de erradicar.

En el Movimiento de Regeneración Nacional, desde el fraude del 2006 hasta el triunfo de la presidencia en 2018 y subsecuentemente en los años posteriores, una lucha que se ha abanderado es la de ir en contra de las imposiciones, de los acuerdos cupulares; se lucha por imponer la decisión del pueblo porque el noble oficio de la política es volver posible lo imposible para transformar la realidad de la gente. Mientras el PRI y semejantes toman sus decisiones a escondidas y basados en los intereses de muy pocos. Gracias a que esta herencia ha echado raíces profundas de manera generalizada, los mismos simpatizantes y militantes del partido son los que han dudado de los principios democráticos de Andrés Manuel López Obrador, por lo que llegan a tener unas apreciaciones erróneas acerca de que el Presidente mete mano en la toma de decisiones y en la asignación de candidatos de Morena.

Recordemos que esta se da por medio de una encuesta a población abierta consultando la opinión de la gente respecto a los personajes que buscan ocupar la candidatura, este método sirve para que no existan fraudes en la toma de decisiones en la elección de las candidatas y candidatos de Morena, este es un método que el presidente Andrés Manuel López Obrador impulsó junto con cientos de intelectuales, académicos y luchadores sociales cuando fundaron el Movimiento de Regeneración Nacional en el otoño del 2011.

Una encuesta utiliza una muestra aleatoria representativa de un universo particular, para arrojar un número que establece una tendencia, que demuestra la preferencia del total de la población para elegir tal o cual opción. Y es con base en eso que se busca tomar decisiones que le corresponden al pueblo y a nadie más.

Desafortunadamente, la idea que permeó debido a esto, es que la encuesta conforma un simple trámite para que al final el Presidente imponga al candidato que más le parezca, cuando en realidad el Presidente es una persona respetuosa de la vida democrática interna de Morena, porque una de las cosas más importantes que nos ha enseñado es que los principios no se negocian.

Este método de encuesta es uno muy adelantado a la cultura democrática del país, porque desde la candidatura es el pueblo quien está eligiendo al que podría llegar a ser quien represente mejor sus intereses en la contienda por un cargo público, cosa que ya habíamos visualizado desde el 2012, cuando Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador estaban contendiendo por la candidatura para la presidencia de la República, en donde los resultados de la encuesta le otorgaron un margen mínimo al ahora presidente y el compañero Marcelo Ebrard aceptó los resultados. Así ha sido en 16 procesos de gubernatura en Morena, en diputaciones y alcaldías.

Hablamos de un método eficaz que tiene que ir ganando lugar y la confianza de la gente, porque lo que se busca en Morena y en las luchas de izquierda es no anteponer las aspiraciones o intereses personales a la finalidad suprema, que es la transformación de la vida pública del país, un anhelo que nos convoca a luchar en manera conjunta y en unidad.

La tradición antidemocrática del dedazo es el mal que ha dejado marca en el pueblo, se debe de eliminar por completo; las imposiciones sólo dañan la vida pública del país y una de las tantas luchas que abandera la cuarta transformación es combatir esa práctica para así restaurar los principios éticos y morales del noble oficio de la política.

Nos debemos sentir orgullosos por la gran aportación que representa el método de las encuestas a la vida democrática de nuestro país, por el revés que le planta a los dinosaurios políticos de nuestro estado. Invito a todos los partidos a retomar este método no solo preguntándole a sus militantes, sino al público en general ya que no debemos olvidar que los partidos son un ente público que recibe recursos que aporta la ciudadanía, y es ella misma quien tiene que elegir a los candidatos y candidatas que podrían llegar a representarlos. Es por eso que es necesario recalcar que los principios de izquierda deben prevalecer más allá de cualquier aspiración personal, por más legítima que está sea, porque un verdadero revolucionario está movido por grandes sentimientos de amor, y el amor que sentimos por los más necesitados del país sin importar en la posición, trinchera o lugar donde nos toque, es la maquinaria con la que vamos a contribuir para lograr esa gran hazaña.

Dejemos de pelear, dejemos de cuestionarnos, de criticarnos y hagamos autocríticas hacia nuestras organizaciones para lograr ese cambio verdadero tan anhelado; pongamos por encima de todo el proyecto que va a rescatar a los coahuilenses, que le va a dar esperanza a miles de ciudadanos que comparten la visión del compañero Presidente.

El PRI está esperando rupturas; no desaprovechemos esta oportunidad histórica que tenemos de sacarlos de Coahuila por primera vez y para que nunca vuelvan, porque de ahora en adelante será el pueblo quién decida.

¡Les deseo un próspero año de lucha y resistencia!

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@AntoniolCastroV

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