Aranceles, política y más problemas en México
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Nada más peligroso que se materialice la amenaza del presidente norteamericano Donald Trump de imponer aranceles a todos los productos mexicanos que se exporten a Estados Unidos a partir del próximo 4 de marzo. Esto ocasionaría que lo que mandamos al vecino del norte se encareciera un 25 por ciento, de entrada, reduciendo el mercado de nuestros productos de la noche a la mañana literalmente. Lo anterior no sería problema en un ambiente de crecimiento económico sostenido o en una situación de bonanza de las finanzas públicas. Ninguna de las anteriores es una realidad en México y eso hace muy peligroso que se lleguen a imponer los aranceles con los que se nos ha amenazado por parte de Trump.
Ya se dio por hecho el pasado miércoles 26 de febrero que México no ha hecho lo suficiente, de acuerdo con Estados Unidos, para frenar la llegada de fentanilo a tierras norteamericanas. Da la impresión de que los “gringos” quieren a los narcopolíticos y no a cualquier narco por más nivel que traiga. Se dice que en realidad “no hay cambios” y que a pesar de que en 5 meses se han realizado 8 veces más detenciones que todo el sexenio anterior, y que el cruce de drogas se ha reducido un 80 por ciento, de acuerdo con los propios datos de la DEA (la agencia antidrogas de Estados Unidos). Todo parece indicar que la economía mexicana sufrirá el embate impositivo de los impuestos arancelarios la próxima semana y eso será muy dañino para la economía nacional.
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Para empezar, esto significará una caída importante de las exportaciones, ¿de cuánto? Todavía no podemos saber porque hay empresas que hasta el día de hoy no tienen planeado más que cambiar su estrategia de exportación a otros mercados. Algunas más, las norteamericanas, están generando inventarios para proteger, en lo posible, sus costos y reducir el daño. Otras están considerando mandar una parte de su producción a Estados Unidos, lo que pueda ser enviado, porque mover una planta toma más de cuatro años, que es el periodo que durará Trump. Como consecuencia, se perderán empleos en México, y ni qué decir aquí en la región. Tereso Medina, secretario general adjunto de la CTM, dice que 800 mil trabajos están en riesgo de perderse por la imposición de los aranceles. Supongamos que la mitad realmente está en riesgo, sigue siendo un mundo de empleos que en este momento harían un hueco terrible en la economía.
Si se ven los indicadores proyectados para este año, los analistas más optimistas dicen que México podría crecer menos del 1 por ciento, y si a ese bajo crecimiento le restamos la reducción de medio millón de puestos de trabajo y, desde luego, lo que se dejará de vender, se estaría generando un proceso recesivo con tendencia a una crisis económica, del tamaño potencialmente de lo vivido en la pandemia, y según analistas económicos internacionales el PIB podría caer hasta un -2 por ciento. Nuevamente, supongamos que no nos hundimos tanto, sigue siendo una problemática de graves dimensiones. Bajo estas circunstancias de la imposición de aranceles, ya no habría ningún incentivo del gobierno mexicano para colaborar con Estados Unidos en la contención del tráfico de drogas, lo que haría crecer este problema nuevamente y ya a sabiendas de que ni ahora ni en el futuro habría un mecanismo de contención, haría de nuestro país un paraíso para producción de estupefacientes. Habría que imaginar qué podría suceder si el crimen organizado penetra aún más las estructuras sociales y económicas del país. Sería una pesadilla de dimensiones insostenibles.
También ahuyentaríamos inversiones internacionales. 2024 se terminó con una inversión extranjera directa de 36 mil 872 millones de dólares, pero es un dato “engañoso” porque solo hubo 3 mil 159 millones de dólares de nueva inversión, la más baja desde 1993. El resto del dinero se divide entre reinversión de utilidades, que fue 28 mil 710 millones de dólares, y las transferencias entre compañías con 3 mil 169 millones de dólares. Esto indica que el año pasado sí tuvimos un efecto negativo por las elecciones mexicanas y norteamericanas, que frenaron la inversión, y desde luego, el hecho de que se continuara con la reforma judicial no ayudó a mejorar un panorama adverso como el que ya se gestaba. Por lo anterior México sólo creció un 1.6 por ciento en su Producto Interno Bruto. Ahora, hay que ver que en el mejor de los casos, sin aranceles estaríamos creciendo a la mitad en 2025. El futuro no pinta nada bien.
En lo político vemos que no hay una negociación adecuada por parte de México. Marcelo Ebrard, secretario de Economía, ya está en la capital norteamericana para evitar que se impongan los aranceles a pesar de lo dicho por Trump, pero no se ve cómo podrán llegar a un acuerdo cuando el presidente norteamericano quiere acabar de la noche a la mañana con todos los problemas bilaterales de migración, drogas y comercio internacional. Si los vecinos al norte del río Bravo no reducen su consumo de drogas, no hay posibilidad de que México solo pueda acabar con el problema. El incentivo a la producción de fentanilo es tan grande porque el mercado allá sigue creciendo tanto en consumidores como en precio, y si no se hace algo allá, poco o nada se podrá hacer por parte de las autoridades mexicanas para eliminar el problema. Insisto, si los aranceles se van a aplicar pase lo que pase, ya no es necesario negociar nada, habrá que aplicar sanciones a los productos norteamericanos para castigarlos de la misma forma. El asunto es que estaríamos entrando en una guerra comercial donde todos vamos a perder, de eso no hay duda, empezando por un aumento de la inflación.
Cuando un grupo de países se embarca en un enfrentamiento de imposiciones arancelarias, lo segundo que sucede después del aumento de precios es el incremento de la inflación, pero con baja producción, ocasionando estanflación. Ya tenemos un ejemplo de esta situación en 1929, con el origen de la gran depresión, donde el proteccionismo americano de aquellos años ocasionó un proceso recesivo en el mundo que terminó en una situación caótica que duró 10 años. Parece que la lección no se aprendió correctamente. El futuro tiene muchos nubarrones y se avecina tormenta en tierras mexicanas, es lo más seguro.