Arcos y flechas: lanzarse por el desierto ultravioleta de la AiDH

Opinión
/ 4 mayo 2023
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El desierto es un lugar arenoso, pedregoso, abandonado y con un clima muy extremoso. Nos enseña, sin embargo, que los seres que lo habitan pueden sobrevivir en la medida en que se adaptan para poder desarrollarse. Los seres del desierto que lo logran alcanzan a tener características virtuosas: crecen con gran fortaleza, templanza y determinación.

Las personas del desierto, a diferencia de las del mar o la montaña, suelen ser necesarias para enfrentar las dificultades de una comunidad. Si se sabe cruzar el desierto se vence la soledad. Se logran virtudes en el carácter que, sin duda, permanecen siempre para crecer, sin importar cualquier tormenta o sequía.

En el desierto, en efecto, la vida es más azarosa. En el mar, por el contrario, resulta más sabrosa. Más pacífica, relajada.

La mayoría de las personas, por razones obvias de confort, no queremos vivir con contratiempos, riesgos o percances. Creemos que merecemos el estado ideal: vivir en la isla de la fantasía. La realidad es otra. La vida, no obstante, implica una lucha constante. Debes aprender a andar en el viaje de las arenas rocosas. Si no, te caes a la primera piedra. Terminas muerto de sed.

Vivir en el clima árido, por ende, genera una fuerte capacidad para sobrevivir en medio de condiciones extremas. Vivir en condiciones óptimas es fácil. Eso sólo se disfruta. Saber vivir en situaciones complejas, por el contrario, exige escoger una ruta complicada que va más allá de tu bienestar personal.

Por ejemplo, la rosa del desierto es una planta florida, alegre y sobre todo muy resistente. No necesita mucha agua para tener tallos gruesos y fuertes. Sólo necesita luz para florecer. El saber adaptarse, por tanto, a cada situación extrema es una buena oportunidad para crecer. En la vida no se viene a descansar. Se viene a ayudar a los demás y a esforzarse para erradicar las injusticias que hay que superar. En la vida eterna, descansaremos. Pero antes, en la terrenal, hay que crecer con las adversidades del desierto.

Cada quien tiene que cruzar su desierto para poder desarrollarse. Para alcanzar la felicidad al final. El que no puede modificar su carácter original se le dificultará ajustarse a los lugares y momentos difíciles que en realidad te ofrecen grandes oportunidades. Hay que saber vencer el azaroso camino.

DESIERTO AiDH

En la #LicenciaturaAiDH organizaron un viaje al desierto de Coahuila. Fueron a conocer un simulacro práctico de búsqueda forense para localizar personas desaparecidas. Es parte de su formación: entender la lucha de encontrar personas ausentes en el vacío. La lucha por los derechos así es: desértica, llena de dificultades. Espero que no se les olvide.

A la mayoría, seguramente, no les inspira absolutamente nada ese lugar. Mucho calor. Poca belleza. Ningún paraíso a disfrutar. Para mí, por el contrario, es la fuente de la gran inspiración de los grandes sueños por los derechos. Yo escogí cruzar el desierto ultravioleta. Lo hago con gusto. Sé que, al final, la AiDH será un espacio virtuoso para una generación que les asegure a muchas personas encontrar su felicidad, su manera de crecer para ser libres y autónomos.

ARCOS Y FLECHAS

Yo tengo dos niñas. Yolita y la AiDH. A las dos, las lanzó para que se desarrollen en forma autónoma. A la primera por la montaña de la vida, a la segunda a los lobos. Ellas serán lo que quieran ser. No lo que uno quisiera. Eso no es problema. Eso así es.

Ya el poeta Khalil Gibran dijo que los padres tenemos que ser diestros con nuestras manos para sostener el arco hacia una dirección correcta, la flecha de la felicidad. No es fácil. Si nuestras hijas son las flechas que lanzamos a la vida para que ellas florezcan solas, la responsabilidad de lanzarlas es nuestra. Un buen arco, por tanto, las llevará a caminar bien por el desierto, a volar alto, a vencer la adversidad del viento y, por ende, a acertar en el blanco de la felicidad.

Mientras pasamos por el desierto ultravioleta, cada día te da la oportunidad de ser una (mejor o peor) persona. Es una elección diaria. Es una cuestión de sonreír. Es un asunto de dominar los egos de la soledad desértica. Nada más.

@LERiosVega

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