Carta a los ‘líderes’ del PRIAN
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“Líderes” de los partidos políticos PAN y PRI:
Alito Moreno y Marko Cortés, les escribo esta carta como un ciudadano indignado por la paliza que obtuvieron sus partidos en la pasada jornada electoral. En lenguaje boxístico se diría que ni las manos metieron... pero desgraciadamente las metieron bastante en un proceso que se trataba de salvar a México y no salvar su propio pellejo. Por más que se bañen con lociones carísimas siguen apestando a corrupción, a hipocresía, a estupidez y, por si fuera poco, a traición no sólo a una candidata presidencial bien intencionada, sino también a todos los que votamos por ella.
Ha pasado mucho tiempo desde la formación de los primeros partidos políticos en México. Durante este largo tiempo, miles de niños han nacido en nuestro país, miles de hombres muertos, miles de empresas iniciándose, y a pesar de estar rodeados de progreso, ustedes se han dedicado solamente a hacer de la política un arte repugnante y soez.
Alito, Marko, por si ustedes no lo saben México es un país cuya grandeza rebasa por mucho su autoridad moral. Cómo pueden llamarse líderes si bajo su gestión decenas de priistas y panistas han abandonado el barco. Hoy las filas de Morena se engrosan con lo peorcito de sus partidos exceptuando, claro está, a ustedes mismos.
México es un país grande por su historia, su cultura, su gastronomía y, sobre todo, por su gente. Una sola cosa me avergüenza de mi país, y esa cosa son ustedes.
Durante la campaña presidencial más que ayudar perjudicaron a Xóchitl Gálvez, quien emulando al mítico Pípila, los tuvo que cargar muy a pesar de sí misma. El actuar de ustedes y su falta de actuar la afectó gravemente. Un ejemplo de ello, Marko, es tu inaudito reclamo al Gobernador Manolo Jiménez filtrado por ti mismo a los medios. La descarada exigencia de posiciones políticas y de fíats notariales te colocó entre los personajes más corruptos e imbéciles en la historia de nuestro país. Y tú Alito no te quedas tan atrás. Poco te importó que en lugar de ayudar, perjudicaste las aspiraciones de una candidata decente al emular a la Madre Teresa de Calcuta y ofrecer el sacrificio poco creíble de renunciar a la presidencia de tu partido y a tu posición privilegiada entre las listas de candidatos de mayoría al Senado de la República si Maynez renunciaba a su candidatura en favor de Xóchitl. ¿Y la nieve de qué sabor Alito?
Por favor no digan que exagero. Ustedes mejor que nadie saben lo ridícula que ha sido su aportación al beneficio de los mexicanos. Gracias a ustedes, Alito y Marko, conocemos ahora lo que es la hipocresía, lo que significa tener una crisis moral y de hombría, y nos han ayudado a acostumbrarnos al olor putrefacto de la basura que ustedes producen con su diaria labor al frente de sus partidos.
Al comenzar sus carreras ustedes no tenían nada, excepto un deseo vil de aprovechar la plataforma de un instituto político para hacer de sus indignos sueños una realidad, y uno que otro amigo, pariente o compadre dentro del oscuro mundo de la política. De pronto se vio instalado en una oficina de gobierno, con la responsabilidad de responder a las necesidades de miles de ciudadanos seducidos por sus falsos ofrecimientos, pero su falta de capacidad los delató inmediatamente al dejar proyectos irrealizados, deudas millonarias y promesas incumplidas. No me cabe la menor duda, Alito, que la tarea que tú realizas puede resumirse en tres cosas: en hinchar el vientre, la cartera y tu vanidad.
¡Bravo, Marko! ¡Bravo, Alito! Aplaudo su amplia capacidad para engañar al pueblo de México y su frialdad para preferir un rancho, un departamento, un auto de colección, una empresa o una querida, en lugar del bienestar del pueblo mexicano. Los felicito por crear en nuestro país una farsa partidista, por haber conquistado su meta de tener cada día más poder y más riqueza, pero ¿y después? ¿Compensará la satisfacción de obtener fíat para notarías públicas, de dormir envuelto en sábanas seda, de coleccionar cargos como un salvoconducto para no caer preso? ¿No les apena sufrir el desprecio del pueblo mexicano?
Más que exigir recuentos en una elección que lo perdieron todo, deben tener el mínimo de honorabilidad y decencia y renunciar a sus cargos antes de que se ganen el desprecio hasta de sus incondicionales.
aquientrenosvanguardia@gmail.com