Ceguera mental

Opinión
/ 14 noviembre 2022
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Durante varias décadas, los mexicanos no hemos demostrado interés en los acontecimientos de nuestro país, tal vez porque creíamos que muchos de ellos no eran de nuestro interés, o que —por lo lejanos— no nos afectan. Esto ha permitido que haya quienes se aprovechen de nuestro descuido para sacar ventaja.

El día de ayer más de 50 organizaciones civiles sumaron esfuerzos a través de sus plataformas y redes sociales, para convocar a participar en la defensa del INE y conservar la democracia, ya que —según ellos— la propuesta del Presidente atenta en contra de la institución electoral y de la democracia.

Considero que esta protesta es parte de la normalidad actual, ya que en México se ejercen —como nunca antes en la historia— las libertades democráticas, en donde unos piensan que la causa es buena, otros que la causa es negativa. Eso es parte de la pluralidad existente y de la libertad de expresión que se vive actualmente en el país. No tiene nada de malo que la derecha se manifieste en las calles. Si no lo habían hecho antes era porque estaban en el poder y criticaban a los que ejercían su derecho a manifestarse. Además, eran los dueños del IFE y posteriormente del INE, del gobierno federal y del Congreso, por lo que no tenían necesidad de manifestar sus puntos de vista. Hoy lo hacen porque se sienten desplazados y que han perdido muchos de sus privilegios

No debemos de olvidar que el PRI, se mantuvo como partido hegemónico durante más de 70 años, hasta que resultó derrotado por el PAN, en la elección presidencial del año 2000. Aunque con ello también apoyaban a los empresarios políticos, o políticos empresarios, vándalos que tanto nos perjudicaron, propiciándonos un atraso que aprovecharon de manera perversa.

El presidente López Obrador ha cuestionado la operación del INE, por los fraudes grandes, chicos y medianos en los que participó como órgano autónomo. El más grave a la fecha fue el de los comicios presidenciales de 2006, en los que declaró Presidente a Felipe Calderón Hinojosa por una diferencia de 0.56 por ciento, luego de una campaña en la que el Presidente Vicente Fox y un grupo de empresarios operaron contra el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador. Y a pesar del reclamo popular de que se llevara a cabo un recuento de “voto por voto y casilla por casilla”, el INE no aceptó tal petición, aunque era legítima.

Por otra parte, se ha criticado el protagonismo del Consejero Presidente, Lorenzo Córdova Vianello quien es una pieza clave del bloque conservador en México, que lo promovió con el propósito de que los neoliberales, conservadores y corruptos, simularan que en México había democracia. Tal ha sido la rebeldía de Lorenzo durante el gobierno de la 4T, que no aceptó la disminución de su sueldo y el de los demás consejeros, contraviniendo la que establece la Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos –aprobada en 2018–, que ningún funcionario ganará más que el Presidente y cuyo objetivo es regular las remuneraciones que perciben los servidores públicos de los poderes de la Unión y todos los demás entes públicos federales.

Los 11 consejeros del INE reciben mensualmente 262 mil 634 pesos, más que el Presidente de la Republica (cuyo salario neto mensual es de $111 mil 990). Además, reciben mensualmente una bolsa de 722 mil pesos para asesores. Lorenzo Córdova cuenta con once asesores, cuatro de los cuales ganan más de 100 mil pesos mensuales.

En abril de este año, el presidente Andrés Manuel López Obrador, propuso una reforma electoral, que busca entre otras cosas abaratar los costos del sistema político mexicano, teniendo un ahorro estimado de 24 mil millones de pesos; y la modificación a 18 artículos principales y siete artículos transitorios.

Los 10 puntos principales de la reforma electoral propuesta son: 1) Cambiar de nombre, al INE, llamándolo INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas) que seguirá siendo autónomo; 2) reducir el número de diputados de 500 a 300; 3) reducir el número de senadores de 128 a 96; 4) los consejeros del INEC y magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) serán propuestos por los tres poderes de la Unión y elegidos por medio de voto popular en elecciones abiertas; 5) disminuir el número de consejeros del INEC de once a siete; 6) otorgar financiamiento público a partidos políticos solo para campañas electorales; 7) reducir a 30 minuto diarios el tiempo de propaganda política en radio y televisión; 8) disminuir el porcentaje de participación —requerido—, para que una consulta popular sea vinculante, de 40 a 33 por ciento; 9) eliminar los órganos electorales locales; y 10) la implementación del voto electrónico.

Yo me pregunto ¿Por qué los opositores a la 4T no están de acuerdo con la iniciativa de reforma al INE, que envió el Presidente al Congreso, si lo que pretende es hacer que este organismo sea más eficiente y austero? ¿Por qué afirman que se pretende acabar con la institución electoral, cuando es lo contrario, al considerar ampliarlo de Instituto Nacional Electoral a Instituto Nacional de Elecciones y de Consultas?

Considero que quienes se oponen a los cambios propuestos, padecen de una ceguera mental. No hay más ciego que el que no quiere ver.

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