Opinión
/ 28 junio 2022

El único piloto que pudo derrotar a Lewis Hamilton en Mercedes fue Nico Rosberg. Fue una victoria costosa, desgastante, agotadora, porque para vencer al hoy siete veces campeón del mundo su ex coequipero tuvo que hacerlo primero fuera de la pista, desde lo mental, un ejemplo que quizá Sergio Pérez pudiera emular con Max Verstappen.

Es la historia de una íntima enemistad. Empezaron corriendo juntos en los karts, en la escudería MBP, en 2000. Hamilton y Rosberg forjaron una relación cordial desde entonces. El salto a la Fórmula 3 los unió mucho más. La llegada a la máxima categoría fue casi simultánea, Rosberg en 2006, Hamilton en 2007, y el destino quiso unirlos de nuevo en 2013 en Mercedes. Fue el principio del fin.

Rosberg había intentado todo en 2014 y 2015, pero no encontraba la manera de vencer al británico. Entonces, la estrategia cambió, el alemán aprovechó todo lo que sabía de su coequipero, las filias y las fobias, los gustos y los miedos, un trabajo desde lo mental para poder atacar en la pista. El final todos los sabemos, un Lewis liderando la carrera en Abu Dhabi, frenando a Nico para ser alcanzado por Sebastian Vettel. El objetivo era que perdiera el segundo lugar; con eso, a Rosberg le bastaba para ser campeón. Antideportivo o no, desafiando las órdenes de su propio equipo, Hamilton mordió el polvo.

Días después de recibir el trofeo de campeón, Nico Rosberg se retiró. Sabía que sería imposible hacer otra temporada igual. El desgaste anímico y físico era demasiado. Dijo que se lo había prometido a su mamá, se iba como campeón.

¿Por qué escribo esto? Porque ‘Checo’ tendría que tomar nota de esto con Verstappen. Cierto es que la historia es diferente, nunca corrieron juntos en los karts, son generaciones distintas que apenas llevan un año y medio de ser coequiperos, pero Pérez es un tipo inteligente, que ha sabido nadar entre tiburones, sabe hacer equipo, pero también sabe lo que tiene que hacer para superar al que está en el garaje de al lado.

La competencia es lo que hace a un piloto, no importa la escudería. No hay que negar que Max es un extraordinario piloto, pero ‘Checo’ desde la constancia, la disciplina y el trabajo, le ha metido presión. Por eso, pongo el ejemplo de Hamilton y Rosberg. Al alemán le llevó dos años para poder vencer a su “amigo”. No es una barbaridad pensar que Sergio pueda pelear por esto, con todas las consecuencias que traiga en la relación con Verstappen. Finalmente, la extensión de contrato ya está, es momento de hacer historia y Pérez lo sabe. No tendrá otro coche como el Red Bull para ser protagonista, para salir a cada carrera con el objetivo de subirse al podio.

‘Checo’, mírate en el espejo de Rosberg, haz lo que tengas que hacer dentro de lo deportivo para pelear por ser campeón de pilotos.

Es tu momento, por lo que luchaste desde hace muchos años. Te has ganado el respeto y tu lugar en Red Bull, ahora toca ganar algo más.

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