Claro que puedo ser como soy. Y claro que otros pueden decidir no frecuentarme porque no les gusta quien soy. Simple, ¿no?

No tiene nada de malo ser como soy. Tampoco tiene nada de malo que me gusten o me molesten ciertas cosas, actitudes y así. Entonces la herida que llevo desde la infancia y la estructura de carácter que construí, con todo y sus neurosis, no son fallas a corregir. No soy un error buscando ni requiriendo arreglo. Es cierto que mi frialdad, mi imprudencia, mi intensidad, mi ruidosidad, mi silencio, mi desapego, mi exigencia, mis demandas, mi apatía, mi impaciencia, mi narcisismo, mi quejumbrosidad, mi lentitud, mi... impactarán a otros de maneras diversas. Seré juzgada, criticada, admirada, rechazada, festejada; pero tal vez jamás será algo indiferente.

Como psicoterapeuta he tenido la experiencia de consultantes que permanecen conmigo durante muchos años, como 13, por ejemplo, y he tenido consultantes a quienes les he caído mal de entrada y no vuelven siquiera a una segunda sesión. También hay quienes permanecen un tiempo y no compaginan con algunas de mis actitudes, quienes se han sentido mal por algo que les he dicho o algo que he hecho. ¿Qué procede? No procede ser otra persona. Con mucho trabajo podemos darnos cuenta de que, cuando sea adecuado, es posible decidir comportarnos de otra manera sin pensar que eso compromete quiénes somos. La flexibilidad y la adaptación en el comportamiento a favor de las relaciones que me interesan es un gran talento. Y puedo oír el bombardeo de preguntas y protestas. Bueno, si no te va madurar, no lo hagas. Si quieres seguir pensando que todos tendrían que adaptarse a tus maneras, va. Seguiré oyendo y leyendo tus quejas de “pobre de mí, la gente no me quiere, me juzga, me critica, me afecta con sus malas vibras”.

Tengo claro que si hay quienes se quejan de que soy insoportable, es muy probable que lo sea. Y no significa que tendría que cambiar. Solo aceptar y vivirme como soy. “No me quiero juntar con X porque se intensea y me siento incómodo”. Perfecto. “No frecuento a X porque todo siempre tiene que ser a su manera”. Perfecto. Y cuando alguien no quiere estar conmigo porque soy... Perfecto.