Coahuila: Lesionados en accidentes, ¿por qué siguen al alza?

El seguimiento estadístico de los fenómenos sociales, se ha dicho de forma reiterada, no puede ser un despropósito, sino una actividad que se realice con una finalidad puntual: ajustar las estrategias de política pública a las variaciones que registren los indicadores sujetos a observación permanente.

No puede −no debe− ser de otra manera. Y es que si las estadísticas solamente sirven para que las autoridades y la sociedad las observemos de forma impasible, lo mismo daría que no las tuviéramos.

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El comentario viene al caso a propósito del reporte que publicamos en esta edición relativo al preocupante incremento en el número de personas que resultan con lesiones debido a la ocurrencia de accidentes viales en la entidad. Los datos señalan que en 2024 la incidencia de casos se ha incrementado 60 por ciento en el primer tercio del año respecto del mismo periodo de 2023.

En total, de acuerdo con cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y abril de este año ocurrieron en Coahuila 367 percances en los cuales 630 personas resultaron con alguna lesión. En contraste, durante el mismo periodo del año pasado se contabilizaron 395 lesionados por la misma causa.

La buena noticia, si acaso puede considerársele así, es que en el primer tercio de este 2024 el número de personas que han perdido la vida en percances viales disminuyó 7 por ciento, al pasar de 121 en 2023, a 113 este año.

¿Por qué la cifra de lesionados en accidentes automovilísticos ha registrado un incremento de tal magnitud en nuestra entidad? ¿Cuáles son las causas detrás de tal estadística?

Las preguntas anteriores resultan obligadas, pero no sólo estas, pues lo más importante sería saber qué planean hacer las autoridades responsables de la seguridad vial en nuestras ciudades para dejar de ser simples espectadores de este fenómeno.

Lo único que no pueden decir los depositarios de esta responsabilidad es que hacer algo resulta imposible. Y lo primero que debería hacerse es un esfuerzo por entender claramente la fenomenología de los datos para identificar las causas raíz de la estadística.

Algunas de estas causas se conocen bien desde hace tiempo: personas que conducen un auto sin la pericia necesaria para hacerlo; unidades que no deberían circular debido a las malas condiciones mecánicas en las cuales se encuentran; exceso de velocidad y la existencia de conductores en estado de ebriedad o bajo los efectos de una droga, por sólo citar algunas.

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¿Cuántos de los accidentes viales que arrojan como saldo fatal personas muertas o con lesiones que les dejan secuelas para toda la vida podrían evitarse si se erradicaran las causas listadas? Seguramente muchos.

Cabría esperar, como se ha dicho en cada ocasión en la cual se reseñan estadísticas de este tipo, que las cifras dejen de ser vistas como un hecho anecdótico y se conviertan en un acicate para actuar con urgencia, porque la situación así lo exige.