COP26, en proceso la Cumbre de Cambio Climático
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La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático de este año se celebra en Glasgow, Escocia entre el 31 de octubre y el 12 de noviembre. Más de 120 países miembros se reúnen para tomar acuerdos sobre las acciones prioritarias y urgentes que hay que llevar a cabo y dar seguimiento al Acuerdo de París.
Se ha cumplido una semana de reuniones, anuncios, manifestaciones y prometedores pactos para reducir el carbón, el metano y la deforestación. Se busca que los líderes mundiales logren un consenso para acelerar la lucha contra el calentamiento global y sobre todo, se alcancen esquemas de financiamiento sostenibles para los países en vías de desarrollo.
En teoría, si se cumplieran todas las acciones prometidas hasta ahora, se alcanzaría una reducción de 9 gigatoneladas de CO2, de las 22 que se prometió eliminar ante del 2030 en el Acuerdo de París.
India, uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, anunció que se compromete a reducir sus emisiones en 2070, aunque dos décadas después de lo pactado, por primera vez muestra compromiso en logar reducciones. Los acuerdos comprometen a Estados Unidos de América, Costa Rica y el Reino Unido a detener para el próximo año el financiamiento de combustibles fósiles en el extranjero, lo que liberará unos 18 mil millones de dólares para la implementación de energías renovables. Sin embargo, los otros grandes emisores de carbono: China, Rusia, Japón y Australia no firmaron este acuerdo. Además, 42 estados se comprometieron a no construir nuevas centrales eléctricas de carbón, aunque ni Estado Unidos de América, India ni China lo hicieron.
El gran reto, a escala planetaria y local, sigue siendo el financiamiento, contar con recursos para que las promesas emitidas se conviertan en acciones reales que tengan impacto, que reduzcan emisiones y favorezcan la adaptación y resiliencia.
Uno de los anuncios más significativos de la primera semana de la COP26 ha sido el acuerdo global de poner fin y revertir la deforestación para el 2030, donde por primera vez instituciones financieras de gran escala se comprometieron a eliminar la inversión a actividades ligadas a la deforestación. Una gran promesa que aún no queda claro cómo se va a ejecutar en países con altas tasas de deforestación y escasos instrumentos de conservación, como es el caso de América Latina. Y aunque México no declaró su unión a este acuerdo desde un inicio, sí se unió formalmente. Una gran falla hubiera sido no aceptarlo, cuando México ocupa el lugar 11 con mayor superficie boscosa en el mundo.
Se espera que esta semana la atención se centre en búsqueda de soluciones para una agricultura más natural y sostenible, así como en la revisión de esquemas de financiamiento y fortalecimiento de instrumentos y normativas para la plena aplicación de los acuerdos de París, dando prioridad a los países más vulnerables.
Será un gran reto logar acuerdos ejecutables, no solo promesas esperanzadoras que no se alcancen a cumplir en los plazos acordados.