Cultura y Pop: Esperanzas y Miedos, Veinte Años Después
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Cómo diablos tres chicos recién salidos de la adolescencia lograron plasmar esos sentimientos y proyectarlos a millones de personas
Algunas canciones nos gustan porque nos hacen bailar. Otras porque nos ponen de buen humor. Algo hay en otras que nos levanta el ánimo. Pero hay canciones que escuchamos una y otra vez no sólo porque nos gustan, sino porque sentimos que expresan lo que estamos viviendo, algo que sentimos y que no necesariamente podemos expresar con palabras.
Por eso, aunque millones de personas las escuchen, nos resultan tan personales que nos sorprende que alguien más las haya escrito, y estamos seguros de que somos nosotros quienes realmente las entendemos.
Después entra uno a otra etapa en su vida, pasa por otras situaciones, y canciones que pensamos que nunca dejaríamos de escuchar caen en el olvido. Años después, sin embargo, escucharlas de nuevo nos transporta instantáneamente a un estado de ánimo específico, a una época en particular.
Estas semanas he estado escuchando de nuevo a Keane, una banda que allá por 1995 empezó a tocar en los bares de London, con la ilusión de convertirse en un grupo famoso.
Keane era una banda anormal. En algún momento su guitarrista los abandonó, y en vez de buscar un reemplazo, decidieron que fuera el sonido del piano lo que guiara sus canciones. En el mundo del rock-pop esto era tan absurdo, tan alejado de la ortodoxia, que incluso el padre del cantante les pidió que se dejaran de chorradas y encontraran a otro guitarrista.
Pero algo eventualmente hizo click. Seguramente influyó todo el tiempo que llevaban tocando en vivo. Probablemente ayudó también que consiguieran mantener la ilusión y cierta inocencia. El caso es que un sello de música finalmente los firmó, y nueve años después de su fundación, Keane lanzó un álbum llamado “Hopes and Fears” (“Esperanzas y Temores”).
Lo que sucedió a continuación está lleno de clichés. El álbum debutó en el número uno de la lista de popularidad del Reino Unido, y fue el segundo más vendido del año. Sus singles llegaron a los primeros lugares en la radio. En cuestión de semanas el grupo pasó de tocar ante treinta amigos en un pub, a tocar ante dos mil personas; después a ir de gira por el mundo y ganar premios. Y finalmente, en lo que sus integrantes consideran el momento en el cual por fin comprendieron el impacto de su música, a ser cabeza de cartel del célebre festival de Glastonbury, donde tocaron ante veinte mil personas que conocían y cantaban sus canciones.
Keane siguió haciendo música y dando conciertos, pero ninguno de sus álbumes consiguió captar la imaginación del público como el primero, y en particular, tres de sus canciones: “Everybody Is Changing”, “This Is The Last Time” y sobre todo, “Somewhere Only We Know.”
El año pasado, para celebrar el 20 aniversario del álbum, Keane lanzó una edición especial de “Hopes And Fears” (lo puede encontrar en Apple Music y Spotify). Y alguien tuvo la idea de incluir los demos originales, grabados en el 2002, de esas tres canciones.
En una de ellas ni siquiera es el cantante oficial quien la interpreta, sino el pianista y compositor. El sonido de otra muestra que la banda se debatía entre el rock-pop y la música electrónica. En todas hay “imperfecciones”: coros en el lugar incorrecto, líneas desafinadas, repeticiones innecesarias, falta de punch en algunas partes. Pero las tres son reconocibles, y expresan ya los sentimientos que las hicieron conectar con tanta gente.
Escucharlas es subirse a una máquina del tiempo, viajar a un momento en el cual se escucha a tres chicos llenos de esperanzas y temores antes de su éxito masivo, los excesos, la pérdida de perspectiva, los problemas con las drogas, las discusiones internas, los divorcios, y los años buscando de nuevo el éxito.
Escuchar inmediatamente después de estos tres demos las versiones “oficiales” del 2005 es conmovedor. Aparece aquí la mano de productores que pulieron el sonido de la banda para potenciar lo que —por alguna extraña, inexplicable alquimia— transmiten esas tres canciones: que tu vida es especial, y aunque será difícil y estará llena de luchas que te romperán el corazón, no sólo debes vivirla sino sacarle todo el provecho posible, para que al final ganen el amor y la chingonería.
Cómo diablos tres chicos recién salidos de la adolescencia lograron plasmar esos sentimientos y proyectarlos a millones de personas, es algo que ni siquiera ellos mismos pueden explicarse.