De Lucio Cabañas y Paul Maslansky

Opinión
/ 9 diciembre 2024

Este año se cumplieron diez de la desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerrero, la noche del 26 de septiembre del 2014.

Sin embargo antes de este crimen de estado se tiene el antecedente de otro más perpetrado en contra de un maestro rural egresado también de la Normal de Ayotzinapa de nombre Lucio Cabañas quien fue asesinado el 2 de diciembre de 1974 poco después de haber encabezado un movimiento guerrillero en la sierra de Guerrero como representante de la inconformidad de su pueblo en contra de las injusticias del gobierno del entonces presidente Luis Echeverría.

En ocasión del aniversario número 50 de este acontecimiento, el cineasta mexicano Gerardo Tort lo recordó con una imagen de Lucio Cabañas en sus redes sociales y es que vale la pena recordar que fue realizador en el año 2005 del largometraje documental nominado al Ariel “La guerrilla y la esperanza: Lucio Cabañas”, mismo que se exhibió en la capital del estado de Coahuila en marzo del 2007 como parte de la inauguración del primer festival nacional de cine en el estado, CINCO Días de Cine, con la presencia de Tort y su guionista, Marina Stavenhagen, ya que contó con un importante elemento coahuilense en su equipo de producción: la del fotógrafo saltillense Héctor Ortega.

El mismo 2 de diciembre fue también de luto, aunque su fallecimiento fue debido a causas naturales a los 91 años de edad, del prolífico productor norteamericano Paul Maslansky, quien hizo historia en el cine hollywoodense tras formar parte del equipo de producción del ganador del Oscar Alan Ladd Jr. de la biopic “Los elegidos” (Philip Kaufman, 1983) y percatarse de que en la secuencia del recibimiento al astronauta John Glenn de un grupo de policías de San Francisco “que se veían chistosos” le dio la idea para una comedia.

Maslansky declaró a la publicación Hollywood Reporter en el 2014 que más que policías se trataba de un grupo de cadetes de un academia de policía, contratados como parte de una política de “contatación equitativa” de la ciudad y escribió esa misma noche dos páginas de una historia que se convertiría en la comedia “Loca Academia de Policía” que se filmó en Toronto con un presupuesto de $8.6 millones de dólares de entonces (32 de la actualidad) llegando a recaudar un total de 82 millones en la taquilla (242 de hoy día) dando pie a seis secuelas, una serie animada, una serie de acción viva y más.

Si bien esa saga lo consolidó como productor en la Meca del Cine ya entrado en sus 50 años, para ese entonces había sido ya guionista de clásicos del terror como “El Castillo de los Muertos Vivientes” (Warren Kiefer, 1964), donde Donald Sutherland interpreta tres personajes incluyendo el de una bruja, y justo antes de que la primera “Loca Academia” llegara a los cines sacar adelante como productor la accidentada secuela nominada al Oscar “Oz ... un mundo fantástico” (Walter Murch,1985), entre otras más.

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