El 2023 nos recibirá con una pronunciada ‘cuesta’

Opinión
/ 29 diciembre 2022

El panorama económico es poco halagüeño para el inicio del año próximo. Hacer caso a las recomendaciones de cautela en el gasto parece el mejor propósito de Año Nuevo

Los pronósticos que los especialistas en análisis económico han planteado para el próximo año no son halagüeños. Y las cosas iniciarán mal desde el primer minuto, según lo anticipa el incremento que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ha revelado para el caso del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS).

El incremento definido por la SHCP implica que los precios de tres grupo de productos –cigarros, combustibles y bebidas embotelladas– sufrirán un incremento de casi ocho por ciento a partir del primer minuto de enero próximo. Y eso, sin contar la posibilidad de que los propios productores definan incrementos adicionales.

Adicionalmente, Hacienda adelantó que el subsidio que hasta ahora se ha aplicado al precio de los combustibles se reducirá, debido a que “la inflación ha comenzado a descender y... los petroprecios internacionales ya no están tan presionados”.

Debe entenderse de las medidas anunciadas, que la disminución del subsidio a las gasolinas y el incremento en el monto del IEPS no afectarían el precio final al público debido a que la disminución de los precios del crudo haría descender el precio base de los combustibles. Sin embargo, eso no es necesariamente cierto y aún habrá que esperar a observar la reacción del mercado frente a tales medidas.

El precio de los combustibles, en particular, constituye un factor de riesgo inflacionario, como ya lo advierten algunos especialistas, pues al subir su precio el costo se traslada automáticamente al consumidor.

Por otra parte, los analistas económicos han advertido sobre un dato particular del comportamiento inflacionario: aunque la tasa global ha descendido, la denominada “inflación subyacente” no lo ha hecho y por ello no puede decirse que ya hemos pasado la peor parte de esta burbuja.

En este sentido, uno de los datos preocupante lo constituye la carestía de los alimentos, segmento en el cual se registran incrementos muy altos de precios que pueden verse aún más presionados por una modificación en el costo de los combustibles.

Todo lo anterior dibuja un panorama poco alentador para el arranque del 2023 e invita a ser cuidadosos con el gasto familiar y, sobre todo, con la adquisición de deudas que implican el pago de altos intereses: tarjetas de crédito, compras a plazos y préstamos de nómina entre otros.

Las recomendaciones de cautela tienen especial relevancia en nuestra región, una de las que registra los más altos índices inflacionarios de acuerdo con las mediciones que de forma sistemática realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Hemos atravesado por momentos aún más difíciles en el pasado reciente, sin duda, pero justamente las lecciones que aprendimos durante la crisis económica provocada por la pandemia deben servirnos para sortear con mejores resultados el nuevo bache económico que se avecina.

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