El ambiente poselectoral de las opiniones
COMPARTIR
Son dos opinadores de café.
No. No están en cafetería ni restaurante. Se invitan uno a otro a domicilio para vivir el rito.
Vaciar agua en la hervidera. Servir, en tazón, café soluble con leche en polvo y un sobre de Svetia. Vaciar el agua hirviendo cuando se escucha la señal. Revolver con la cucharilla redonda y esperar a que el primer sorbo no queme.
TE PUEDE INTERESAR: Sin prisas, todo a su tiempo
Empieza así el encuentro mayéutico. Uno es el que lanza la pregunta. “¿Cómo sientes el ambiente en estos días?”. Saúl fuma pipa y Raúl muerde la esquina de una galleta.
Cada uno va tomando su ritmo de sucesivos sorbos de humeante café, entre una frase y otra. La pregunta de Saúl va envuelta en volutas aromáticas del tabaco de su pipa. Se queda en espera, llevando el tarro a sus labios.
Raúl mastica con galleta su apresurada respuesta: “Mira. Se extiende el contagio de un virus mental que puede hacerse pandémico. No hay estreno, sino repetición. Los pensamientos se enganchan en el mismo juego. Preparan provocación, coleccionan adjetivaciones cáusticas. Hay derechizaciones exageradas y enzurdecimientos radicales. El que quiere más de lo mismo se aferra a lo de siempre y el que quiere ir en la cresta de la onda, asesina nostalgias. Unos inventan escenarios catastróficos subrayando lo pésimo y otros amarran la esperanza a pequeños brotes que pueden crecer”.
“Estás muy metafórico, Raúl”, critica Saúl, vaciando unas gotas de anís en su café. “Yo creo que se está abriendo una gran oportunidad de descubrir una nueva actitud en la comunicación. Pasar de adversarios a interlocutores. Saberse escuchar. No aplastar, sino tratar de salvar la opinión contraria, distinguiendo en lugar de negar. No dogmatizar ni polemizar, no atarse a dilemas ni quedarse en actitudes defensivas aunque no haya ataques. No ponerse toga y birrete de juez, sino el overol de ese equilibrio que se llama diálogo...”.
Ríen los dos al comprobar sus metáforas... Se felicitan porque pudieron escucharse en sabroso diálogo entre trago, humo y conversación amistosa...
IMAGINARIO 21K
Llegan con ropa ligera y calzado deportivo.
Es temprano. Están todas las edades, todas las complexiones y estaturas. No es caminata sino carrera. Es importante la velocidad, pero también lo es el ritmo graduado del avance para evitar fatiga. Casi nadie viene a ganar. Ya saben que hay una habitual victoria keniana, aunque esta vez una mexicana dejó atrás a la keniana. Su largo tranco y la reciedumbre de sus huesos, además de la práctica constante de correr todo el año, hace que estos competidores de negritud veloz se lleven los trofeos y los premios.
Se vive la aventura de recorrer las calles aprovechando las botellitas de agua que se ofrecen en el camino. Se siente satisfacción de haber ganado sólo por el hecho de llegar a la meta. Algunos se van felices a su hogar sin terminar todos los tramos del recorrido porque venían sólo a participar.
El 21K es un evento con un imaginario genial en que la gente se siente viva, sana, fuerte, valiente y tenaz. Sin envidiar ni menospreciar, cada quien agarra su paso de avance feliz. Nadie daña ni se daña si asume todas las precauciones en esa miniolimpiada familiar.
GOBIERNO DE SI MISMO
Se requiere fomentar pensamientos de acuerdo a las acciones que se quieren realizar.
Cultivar una saludable voz interior que articule claramente los objetivos antes de actuar.
TE PUEDE INTERESAR: AMLO y Claudia Sheinbaum: El nuevo dilema en México, entre el autoritarismo y la democracia
En cada acción atender a elección, decisión, concentración y perseverancia.
No admitir la tiranía de los miedos, los enojos y las tristezas. Aprender a no dejarlos entrar y tratarlos como intrusos destructores...
Este gobierno de sí mismo es tan importante como los buenos gobiernos para las comunidades en todos los niveles...