Sin prisas, todo a su tiempo
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Se toma lo preliminar como definitivo. Se adelantan vísperas. Se inventa lo rápido y se habla de ganancia, de victoria, de mayoría y después de muestreos, hasta se festeja y se propaga lo que se anuncia como irreversible.
Los contendientes adversarios no admiten triunfo, solo declaran, democráticamente, que el conteo preliminar no les favorece hasta ese momento.
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A su paso, se va dando el conteo completo de votos: uno por uno hasta el final. Solo entonces hay evidencia de mayoría para una de las tendencias. Se tiene ya una candidata con mayor votación.
Falta ahora ver las anomalías, las inconsistencias, las irregularidades. Pueden alterar o no las cifras de los totales. Las inconformidades que se denuncien han de ser juzgadas por el tribunal competente.
Dictará las sanciones correspondientes y, en un caso de gran trascendencia, dirá si la elección es válida o hay algunas omisiones o comisiones tan graves que, con apego a la ley, puedan declararse inválidas y, por ello, ha de cancelarse el resultado y convocarse a nueva elección.
Solo hasta entonces, en caso de validez, se tiene la seguridad de quién ha sido electa como presidenta y quienes ocuparán, legítimamente, los cargos de representación popular en las cámaras.
UNIDAD, COLOQUIO Y RECONCILIACIÓN
Se han de admitir las diferencias, las discrepancias, la diversidad. La actitud saludable e inteligente no es la de la descalificación, la enemistad y el conflicto.
Se han de superar las ideologías trasnochadas y las geometrías obsoletas de derechas o de izquierdas. Se ha de progresar conservando lo mejor y se ha de conservar progresando. Se han de evitar las clonaciones de modelos extranjeros y se ha de descubrir la propia identidad, los valores vernáculos propios de una época que no se quedó atascada en la historia.
Se ha de incorporar a todos, apreciando sus cualidades y sus aptitudes en una colaboración que intenta la prosperidad compartida, sin partidismos ni sectarismos. Se ha de ir conformando un estilo de convivencia orgánica y no tumoral, con un crecimiento que incluya la justa distribución de beneficios.
FEMINIDAD DINÁMICA
Una presidencia femenina es una gran oportunidad de humanizar la convivencia nacional. La reciedumbre mujeril, unida con la intuición peculiar de su género, podrá sanar y restablecer heridas y desavenencias en un clima de respeto y solidaridad.
Muchas ciudadanas podrán llevar a la vida pública su incorrupta habilidad profesional, propiciando un ambiente de familia en que todos se sientan a gusto, ejerciendo libertad responsable.
PARTIDISMOS OBSOLETOS
Podrán surgir ahora agrupaciones no confesionales ni ideológicas, no ávidas de poder y contaminadas de avaricia sino con verdadero amor patrio. Ya no con ímpetu de dominación, de control, de exclusiones discriminatorias sino con comprensión de lo diferente, buscando siempre integración y no desprecios y aniquilaciones.
Ni polarizar, ni dividir, ni confrontar y condenar sino solo excluir impunidades con sanas sanciones cuando haya perjuicio al derecho ajeno y rechazo al pacto para la paz.
PALPITAR Y RESPIRAR
“Necesitamos, en cada instante, una gota de sangre saludable y un soplo de aire puro”. Viste su bata blanca de estudiante de medicina. Es Enrique que dialoga con su novia Ema, que luce hermosa con su bata de estudiante de enfermería. “Nosotros nos preparamos para que esa gota sea siempre saludable”, comenta ella antes de despedirse, “pero, en esta ciudad, necesitamos que el soplo no nos haga respirar contaminación”... se va Ema corriendo hacia el auto de su amiga que la llama...