El amigo Felipe. Segunda parte

Opinión
/ 18 diciembre 2024

Felipe Rodríguez Maldonado tú eres, fuiste y seguirás siendo un ejemplo en mi vida

Prefiero querer a poder, palpar a pisar, ganar a perder, besar a reñir, bailar a desfilar, y disfrutar a medir. Prefiero volar a correr, hacer a pensar, amar a querer, tomar a pedir. Antes que nada, soy partidario de vivir.

Joan Manuel Serrat

“Nunca lo nombre como Felipe Rodríguez Maldonado, es más, jamás lo conocí por su nombre completo. Escuche su nombre resaltar en mi etapa de mozo, o pre adolescente; cuando mi padre lo nombraba en reiteradas ocasiones, incluso, sé que apadrino a un hijo de uno de los amigos de mi viejo (...)”

Un joven Abogado que conocí gracias a un amigo, me hizo recordar hace un par de días de la partida del colega (lo poco que conviví con él, me da razones para decirlo). Hijo de Felipe Rodríguez, por medio de las redes sociales, hizo mención, que ya es un año de tu partida. El 16 de diciembre tomaste la segunda parte de tu vida... y quizá sí, las redes sociales _de origen vástago y morboso_ fueron el pretexto subjetivo de recordarte y entender, que la vida pone en tu camino personas, que te ayudan a hacer más plácido el camino.

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Familiares, maestros, amigos, conocidos, amigos de los amigos o perfectos extraños, aparecen en el algoritmo de la vida para acompañarte, enseñarte, aprehender o simplemente tenderte la mano o, ser testigo mudo de la historia de tú vida. Parece ser un acto de rebeldía, detenerse solo un momento, a analizar lo que nos rodea, en esta nueva vorágine que se nos presenta como realidad.

Felipe Rodríguez Maldonado tú eres, fuiste y seguirás siendo un ejemplo en mi vida, un colega y no un testigo mudo de mi destino. Así como me ofreciste consejos, también me abriste las puertas de tu casa y conocí a tú familia. Particularmente a tu esposa y a tú hijo Felipe, colega de profesión.

Ser consecuente con su decir y hacer; hombres que le son leales a la verdad, me atrevería a decir que pocos quedan vivos, y los que siguen, son retoños de los que enraizaron macizo. En ocasiones, duele decirlo, y mas entenderlo pero, la línea del tiempo, te hace comprender que no todo es miel sobre hojuelas.

Hombre en toda la extensión de la palabra, caballero, apegado a su familia como su gran motor y deseoso de compartir su conocimiento _que era mucho_ Felipe, eres ejemplo y huella en muchos periodistas, en infinidades de amigos y hermanos; queda el orgullo de que tu familia nuclear y la extendida, siempre va presumir a su padre como un orgullo.

Sigue leyendo, sigue escribiendo, acá muchos somos los que te seguimos recordando. Qué la eternidad te siga dando, todo lo que realmente mereces Felipe, sé que sí...

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