El mundo se acaba
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Escribir es una gran responsabilidad, puesto que las palabras moldean nuestra realidad, reflejan nuestro concepto de mundo, de vida y sus relaciones. Es una gran responsabilidad puesto que es uno de los medios más poderosos para perpetuar o transformar las narrativas propias y por ende las de la sociedad. Es por esta razón que quisiera compartirles las palabras de Lázaro Iza, quien ofreció el discurso a nombre de la generación de creadores de la emisión PECDA Coahuila 2023, el pasado 14 de julio.
Me he tomado esta libertad porque el mensaje de Lázaro es muy poderoso, y creo que es importante que muchos más podamos reflexionar sobre sus palabras. Me disculpo de antemano si hay algún error en mi redacción de tan potente discurso, pero de forma improvisada grabé en una nota de voz que se escucha lejana.
“Es importante para mí y me hace sentir honrado el sentirme parte de una comunidad de artistas. Reconocer ese sentimiento de comunidad, formar parte de un territorio paralingüístico y mestizo, donde se mezclan los dialectos y las costumbres de todos los seres que la habitan.
El mundo que habitamos hoy en día, en plena crisis climática, en una sociedad del espectáculo, individualista y tras una pandemia que nos inmovilizó, me hace pensar ese estado de emergencia o de urgencia con la que debemos habitar el mundo que se nos acaba, por que el mundo está a apunto de acabarse y mi intención no es sonar catastrofista sino evidenciar el hecho de que estamos al borde del límite y aún así estamos aquí, intentando decir algo del mundo, creando, escribiendo poemas, tomando fotografías, montando obras de teatro.
El mundo se acaba y aún así cada uno de los artistas aquí presente, se ha levantado esta mañana y ha estado inconforme con la realidad como se le fue dada, y no solo eso, no sólo ha estado inconforme, sino que se ha dispuesto a traicionarla creando algo que no existía, dándole vida a una idea, a esa pulsión, creando una realidad otra, para generar así y en consecuencia, un mundo más habitable. A los artistas nos gusta decir y nos han enseñado a repetir esos discursos en los que afirmamos que el arte no sirve para nada y sin embargo la obra de cada artista está creando una nueva visión del mundo, y creo firmemente que no hay ideas más revolucionaria que esa, el arte es una forma de redención del mundo”.
El discurso no comienza ni termina ahí, sin embargo elegí esta parte como lo fundamental, pues mientras escuchaba sentí esa redención, no sólo del mundo, sino de dedicar mi vida al arte y a la creación, me sentí honrada de que Lázaro hablara por todos nosotros, los que estábamos en la sala y los que no estaban en la sala también, los que se encuentran lejos del territorio, migrando por una oportunidad de evolucionar, los que afrontan cada día la pregunta perpetua de para qué sirve el arte, los que decidieron tomar este camino sin apoyo de sus familias, los que caminan en búsqueda de utopías para ver otros mundos posibles como los zapatistas.
Sumo a esta visión, aquello que escuché en una entrevista que le hicieron a Valeria Souza en TV UNAM, sobre su nombramiento como miembro de la Academia de Artes y Ciencias, donde explica que esta fue fundada con el objetivo de balancear el poder, puesto que sus fundadores vislumbraban que solamente através de la belleza y el conocimiento es posible hacer ese balance.
Después de escuchar a Lázaro, sentí un compromiso aún más profundo con mi papel como creadora de artes y de posibilidades, con el entramado que se va generando de la interacción en comunidad. Al final de la ceremonia me acerqué entusiasmada a felicitarlo, y a decirle que si me representaba y que casi lloro de la emoción al escucharle. Este camino no es fácil, pero a veces hay destellos que nos hacen recordar porqué estamos aquí.