Empeora el desarrollo humano en México

Opinión
/ 16 enero 2023

Desde hace más de tres décadas, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo hace público para casi todos los países del mundo su Índice de Desarrollo Humano, conocido simplemente como el IDH (o también como el HDI por sus siglas en inglés).

El IDH, cuenta la leyenda, nace a partir de las discusiones que tuvieron, hace setenta años, un par de jóvenes que estudiaban la licenciatura en Economía en una universidad de Inglaterra. Ambos provenían de Asia del Sur, Mahbub ul Haq, de Paquistán, y Amartya Sen, de la India. El primero murió a fines del siglo pasado, mientras que el segundo, brillantísimo, acabó obteniendo por otras razones el Premio Nobel de Economía también a fines del siglo pasado.

Cuando eran muy jóvenes los dos discurrieron que las medidas agregadas de la actividad económica, como lo es el producto interno bruto (PIB), no reflejaban de manera completa el desarrollo que una nación verdaderamente tenía en términos de las condiciones de bienestar de sus habitantes. Así que concluyeron que en algún momento, lo que sucedió varias décadas después, el organismo de las Naciones Unidas debería estimar un índice de desarrollo humano que cumpliera con dos condiciones. Que pudiera ser calculado para todas las naciones, por más pobres que fueran, y que contemplara tanto el ingreso de sus habitantes como, al menos, el estado de la salud y de la educación que prevalecía en cada país.

Así nació el IDH en el año 1990. Este índice es calculado desde entonces, con algunas variaciones a lo largo del tiempo, a través de tres componentes para cada país: la esperanza de vida de sus habitantes, un indicador de la educación (incluida la tasa de alfabetización) y, como un indicador del ingreso por habitante, el PIB per cápita; el índice oscila entre 0 y 1. La nación que más veces ha obtenido el primer lugar en la tabla es Noruega, aunque de vez en cuando es vencida sobre todo por Suiza. Níger es, por otro lado, el país que más veces ha ocupado el último lugar.

Y, quizás se pregunte usted ahora, ¿qué posiciones ha ocupado México a lo largo de los años? Cuando fue calculado por primera vez el índice en 1990, México ocupó el lugar 62 de la tabla con un IDH igual a 0.656. De acuerdo con los últimos datos del año 2021, México ocupa actualmente el lugar 86, entre 191 países, con un IDH igual a 0.758.

Los datos anteriores no pueden ser motivo de orgullo alguno. Pero la vergüenza se vuelve mayor cuando se compara la posición de México antes y después de la pandemia. En 2019 el valor del IDH era 0.779 y México ocupaba el lugar 74. Así pues, el indicador de México cayó en dos años 0.021, una caída tres veces mayor que la caída promedio en el resto del mundo, del orden de 0.007. De manera más preocupante, México perdió 12 lugares en la tabla general: de estar en el lugar 74 hoy está, tras la pandemia, en el lugar 86.

Dos razones explican la debacle anterior. La reducción de 74 a 70 años en la esperanza de vida de los mexicanos, comentada aquí la semana pasada, y el nulo crecimiento económico. No hay más.

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