Fernando Orozco frente al pueblo de Parras
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Este es el mismo sistema conocido por todos como “Fuerte Coahuila es”, con el que Miguel Ángel Riquelme ha bregado para el bienestar de nuestro estado, y es el mismo sistema con el que Fernando Orozco Lara ha luchado para rescatar a Parras de años y años de desastre político, económico y social para lograr un “Fuerte Parras es”, que ahora ya se percibe en el pueblo mágico tras una sucesión de pésimos alcaldes que convirtieron a Parras en una viña devastada que ha sobrevivido con igual estoicismo con el que sobrevivió a la peste, a la viruela loca y al ataque de los indios salvajes en un remoto pasado del que fue más fácil defenderse, porque esos malos alcaldes nos atacaron desde adentro, arrasando al pueblo mágico que ahora vemos como a una viña de tierra prometida en plena recuperación.
Y con ese tono enfático con el que ya es reconocido el alcalde Orozco Lara, señaló con toda claridad todos los rubros en condición de desastre con que recibió de la pasada administración de Morena el municipio: servicios como limpieza, recolección, alumbrado, agua potable, drenaje, pavimentación, jardines, parques, panteones, mercado y seguridad pública todo en total abandono, nos consta, al nivel de la devastación.
Y ahí estuvieron presentes los exalcaldes de Parras a los que convocó Fernando Orozco Lara a su primer informe de gobierno; él, como político conciliador y evitando crear o acentuar divisiones, no culpó del desastre de años sino a la escasez de recursos públicos que actualmente es el principal enemigo del bienestar, del combate a la pobreza y la marginación, tareas demasiado grandes que el alcalde Orozco está enfrentando con toda decisión sin permitirse perder tiempo y energía en recriminaciones o propósitos de venganza contrarios a la conciliación.
Pero el exalcalde más cuestionado, con más señalamientos de corrupción y responsabilidad en la devastación de la viña parrense no se atrevió a presentarse junto a los exalcaldes que dieron la cara en el informe, con la muy digna representación de su deán Fernando Orozco Cortés, padre del actual alcalde.
Y si las viñas son arrasadas por jabalíes, según la tradición bíblica, en el trienio pasado Parras fue arrasado por los cuinos de Morena, auténticos parias que no tienen noción de lo que es la civilización, el sentido de comunidad, del derecho de ciudadanía que es el derecho a una ciudad segura, limpia, saludable, laboriosa, incluyente, pavimentada, transparente, culta, progresista y con plena libertad como la que hoy nos ofrece Fernando Orozco Lara, el alcalde de la conciliación, el alcalde que mira hacia adelante, que no se obsesiona con la arqueología del rencor como es el caso de los morenistas, desde Pérez Arciniega, Mejía Berdeja y hasta López Obrador.
Hoy en Parras hay un cambio verdadero, con avances sustantivos en cada rubro de la administración. Por eso el auditorio del informe estaba lleno a reventar. Aplausos espontáneos para Orozco Lara y una ovación para su esposa, la presidenta honoraria del DIF municipal, la señora Paloma Riojas de Orozco, que ha hecho un gran papel en la integración, salud y educación de las familias parrenses.
Parras es hoy la viña recuperada y productiva de una tierra prometida. La tierra de nuestros antepasados, de nuestros hijos y de futuras generaciones. Gracias por recuperarla, alcalde Orozco ¡Enhorabuena!