Hablemos de Dios 176

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Caray, amplia y mucha respuesta de esta larga saga de textos “Hablemos de Dios”. Ahora bajo el palio (penumbra, pues) de un tema o rama o arista el cual ha pegado harto, el pacto fáustico: el Diablo, Satanás, Belcebú o como usted quiera llamarle al maligno, siempre responde y rápido a los llamados o quejas de los humanos para el famoso trueque ancestral: cambiar tesoros por nuestra inservible alma. Es el famoso y eterno pacto con el diablo. ¿Dios? Dios jamás hace caso. O muy poco. O cuando quiere.
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Por eso, por ello, un poeta alto y venoso como lo fue Jaime Sabines, lo dejó escrito de la siguiente forma en sus versos de fuego:
“El diablo y yo nos entendemos
Como dos viejos amigos.
A veces se hace mi sombra,
Va a todas partes conmigo...”
No Dios, sino el Diablo es quien nos acompaña y siempre en nuestra travesía cotidiana. Lea lo siguiente de un tipo satanizado por siempre, es el famoso rockero Marylin Manson, al cual para fortuna mía, lo vi actuar en vivo en un concierto en Monterrey en año pretérito.
Aquello fue más drama, espectáculo y teatro, que música, pero fue un espectáculo alucinante. Lea usted: “La guerra de la cristiandad contra el diablo siempre ha sido una pelea contra los instintos más naturales del hombre y una negación del hombre como miembro del reino animal. La idea del cielo es sólo la forma cristiana de crear un infierno en la tierra”.
Caray, nada mal una opinión de un tipo al cual lo hemos demonizado. Cuando se le siguen los procesos judiciales e inquisitoriales a la infanta Juana de Arco, al entregarla a sus enemigos, los perros ingleses, y al abandonarla su Rey francés, el Duque de Borgoña le espeta un singular discurso el cual sigo en la versión fílmica de la cinta de Luc Besson: éste va a la prisión y le dice a Juana de Arco, “Mira, te entrego a los ingleses por dinero. Son los que pagaron más por ti. Yo por lo demás, no creo ni en Dios ni en el diablo, por eso jamás estoy decepcionado...”
¡Gran reflexión! Juana de Arco, usted lo sabe, ardería viva, acusada de ser bruja y de herejía. 500 años después, la misma Iglesia que la condenó a la hoguera (la Iglesia católica, por supuesto), diría que se habían equivocado, no era una bruja sino una santa. Es Santa Juana de Arco (así de contradictoria y chistosa es la Iglesia Católica. Es la misma de siempre y comete todos los pecados).
Y justo, justo cuando usted y yo estamos abonando letras a esta idea del pacto fáustico, en Monterrey, hubo gran polémica por un evento que se había programado en días pasado en el Parque Fundidora. Un grupo denominado “Voz de Lucifer Templo”, había convocado a sus fieles o seguidores a un evento masivo. Pues sí, lo mismo que hacen sectas o iglesias como “Pare de Sufrir”, “Cristo Vive”, “Adictos a Cristo”. y un harto etcétera. ¿Es lo mismo? Absolutamente sí. En Estados Unidos, usted lo sabe, hay una religión, reconocida como tal por las leyes de aquel país, “The Satanic Temple”. Si los hermanos hindúes adoran a vacas, becerros y elefantes ¿Por qué no adorar a un ente que no existe, un demonio?
ESQUINA-BAJAN
Hay un libro el cual no he leído del todo, sólo fragmentos, ya lo mandé pedir, va a tardar. Es “Cartas desde la tierra” de Mark Twain (1835-1910). Es un libro donde el autor le da voz a Satanás. El argumento es el siguiente: Dios manda exiliado del cielo a Satanás. Éste, ya instalado a sus anchas en el la tierra, reflexiona sobre la fe del hombre, su creencia en Dios, su piedad, su amor, su benevolencia, su ternura, bla bla bla... mientras aquí en la tierra, se matan y se odian los hombres con los hombres. Y encima, reflexiona Satanás en sus epístolas, se le culpa a él. Y los hombres no se hacen responsables de nada. Sí, cuando el Diablo no tiene nada que ver.
¿Recuerda usted la cita que le presenté en texto pasado? Es la de hombre de inteligencia preclara, Premio Nobel de Letras, es de Paul Valéry. Lea: “En dos palabras, yo creo que Dios existe y el diablo también, pero en nosotros. El culto que nosotros debemos a estas divinidades latentes no es otra cosa que el respeto que nosotros nos debemos a nosotros mismos y yo lo entiendo así: la busca de lo mejor para nuestro espíritu en el sentido de sus aptitudes naturales. He aquí mi fórmula: Dios es nuestro ideal particular; Satanás todo lo que tiende en nosotros a desviarnos de ese ideal”.
La siguiente cita ha pegado harto. Es de un texto pasado, es Máximo Gorki: “El diablo no existe. El diablo es una invención de nuestra razón maligna. Lo han inventado los hombres para justificar sus torpezas y también en interés de Dios para agraviarle. No existe más que Dios y el hombre y nadie más. Todo o que se parece al diablo –por ejemplo Caín, Judas, Iván el Terrible– es siempre invención de los hombres y es inventado para endosar a una sola persona los pecados y malas acciones de la humanidad. Créeme. Nosotros, que somos unos trapaceros, teníamos la necesidad de simular e imaginar algo que fuese peor que nosotros, como el Diablo”.
LETRAS MINÚSCULAS
¿Algo peor que nosotros? Dice Gorki, no hay. Por eso hemos inventado al Diablo. También a Dios.