La corrupción en la 4T... y la indiferencia de AMLO
Andrés Manuel López Obrador intentó varias veces llegar a la presidencia de forma infructuosa y uno de los factores que ayudaron a que su suerte cambiara en 2018 fue el hartazgo de la población, ante los escasos resultados de los gobiernos de Fox y Calderón, así como la corrupción generalizada que se vivió en el sexenio de Peña Nieto, ya que supo vender la imagen de que él no se prestaba a la corrupción y veía en todo momento por los más necesitados.
Sin embargo, conforme ha avanzado su gobierno son cada vez más los casos de corrupción que se dan a conocer, equivalentes o incluso peores a los que había en los gobiernos anteriores, por ejemplo, el desfalco en Segalmex es de 15 mil 300 millones de pesos, más del doble de los 7 mil 600 millones que representó la Estafa Maestra, que tanto criticó el propio Andrés Manuel López Obrador.
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Lo peor de los casos de corrupción en el sexenio de AMLO es que de forma consistente el mandatario en lugar de combatirlos, como prometió, se ha dedicado a negarlos y ocultarlos y cuando la evidencia es tan abrumadora que ello ya no es posible, tiende a minimizarlos y tímidamente decir que se van a castigar, sin embargo, hasta el momento no hay muchos funcionarios a los que se les sigan procesos por estos casos e incluso se han dado situaciones como la de Pío López Obrador, en donde se les exonera.
Otro rasgo relevante es que muchos de los casos de corrupción del actual sexenio involucran a la familia de Andrés Manuel López Obrador, en concreto, a su hijo mayor Andrés, al cual muchos reportajes señalan como el nodo central de una importante red de tráfico de influencias, en donde se asignan contratos públicos a sus amigos o a empresarios que dan moche, generando así ganancias indebidas al menos para el hijo del Presidente.
Ello sin contar el escándalo de la casa azul en Houston, que pertenecía a un proveedor de Pemex y que era rentada a un precio preferencial al hijo del Presidente y a pesar de la abrumadora evidencia de riqueza inexplicable, Andrés Manuel López Obrador en todo momento ha protegido a su primogénito.
A pesar de ello, esto no ha tenido un costo observable en los niveles de aprobación de la gestión del mandatario, ni de su delfín Claudia Sheinbaum para la Presidencia, pero ello no quiere decir que no tenga consecuencias futuras, ya que cuando AMLO no sea Presidente ello les puede traer funestas consecuencias a él y a su familia.
Por ejemplo, se podría repetir la persecución que hizo Ernesto Zedillo de la familia de Carlos Salinas allá en 1994 y 1995, en donde el nuevo mandatario para legitimarse persigue al anterior y si hay muchos casos de corrupción que involucren a la familia, pues ese proceso se vuelve muy fácil.
Por su tolerancia a la corrupción Andrés Manuel López Obrador ha puesto en peligro su buena imagen futura, que puede quedar igual de manchada a la de sus antecesores.
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@victorsanval