La creatividad y la nada
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El mundo creativo es sin duda uno de los más desafiantes para hacer tu forma de vida profesional. En mis diferentes etapas creativas, cada vez que viene la pregunta: ¿Y tú a qué te dedicas?, digo para mis adentros: y ahí viene otra vez. He recibido todo tipo de respuestas que cualquier creativo haya recibido, desde: osea sí pero ¿de qué trabajas?, pero ¿cuál es tu trabajo real?, pero para que te paguen o ¿cómo le haces?, ¿cómo le haces para viajar tanto?, ah ok es que por eso eres así de rara, etc, etc, etc.
Y es que entender el nivel de energía, tiempo y recursos que implica cada creación es casi imposible de entender si no has pasado por ese proceso. Hoy quiero compartirles sobre el proceso creativo, porque detrás de esta actividad, sea profesional o no, hay un recordatorio muy importante, nuestro poder personal, la decisión y la ejecución.
En la primera etapa de nuestras vidas es muy natural convivir con nuestra creatividad, sobre todo las generaciones pasadas, antes de la vida digital. Porque era menester de todo ser infante el juego, el sueño, las historias fantásticas. Esto me hace recordar el libro de Micheal Ende “La historia interminable”, la cual leí ya grande, después de haber visto la película. Aún recuerdo cuando la fuí a ver en el cine en las salas del ya desaparecido, pero nunca olvidado, Cine Palacio de Saltillo.
Esta historia me marcó profundamente, aquellos personajes, Bastián, Atreyu, la Emperatriz, Falcor. Cuando crecí y leí el libro, tuvo que haber una recomposición en mi cerebro porque los nombres y la historia era un poco diferentes. Pero las imágenes de la película estaban ahí, aquellas magníficas esfinges que cuidaban el portal por el cual tenía que pasar Atreyu para demostrar su valentía, o la terrible imagen de cuando Artax el caballo y mejor amigo de Atreyu, se hunde inevitablemente en la desesperanza y se lo traga la nada. Mi diálogo y escena favorita es la confrontación de Gmork con Atreyu, cuando le explica qué es la Nada, esa Nada que se ha comido a todos sus amigos y el reino de fantasía.
Gmork se ensañó al ver el espanto de Atreyu. La conversación lo animaba visiblemente. Tras una pequeña pausa siguió diciendo:
—¿Me preguntas qué serás allí? ¿Y qué eres aquí? ¿Qué sois los seres de Fantasía? ¡Sueños, invenciones del reino de la poesía, personajes de una Historia interminable! ¿Crees que eres real, hijito? Bueno, aquí, en tu mundo, lo eres. Pero, si atraviesas la Nada, no existirás ya. Habrás quedado desfigurado. Estarás en otro mundo. Allí no tenéis ningún parecido con vosotros mismos. Lleváis la ilusión y la ofuscación al mundo de los hombres. ¿Sabes, hijito, lo que pasará con todos los habitantes de la Ciudad de los Espectros que han saltado a la Nada?
—No —tartamudeó Atreyu.
—Se convertirán en desvaríos de la mente humana, imágenes del miedo cuando, en realidad, no hay nada que temer, deseos de cosas que enferman a los hombres, imágenes de la desesperación donde no hay razón para desesperar...
Gmork continuó:
—Por eso los seres humanos odian y temen a Fantasía y a todo lo que procede de aquí. La quieren aniquilar. Y no saben que, precisamente así, aumentará la oleada de mentiras que cae ininterrumpidamente en su mundo... esa corriente de seres desfigurados que tienen que llevar allí una existencia ficticia de cadáveres vivientes y envenenan el alma de los hombres con su olor a podrido. Los hombres no lo saben. ¿No es gracioso?
El texto completo que es el capítulo de la ciudad de los espectros, me parece una joya. Y es que de forma paralela, la emperatriz le entrega a Bastián el único grano de arena que puede salvar a Fantasía, lo único que tenía que hacer era crear, imaginar y así, esa desesperanza, esa nada, se desvanecerá para dar vida de nuevo a Fantasía.
Michael Ende creó una bellísima metáfora de cómo el poder creativo mantiene a salvo nuestro corazón, nuestras esperanzas, cómo hay que luchar con valentía para no perderla en este mundo que parece tan descorazonado, donde día a día detrás de la idea de la “adultez” vamos perdiendo y cediendo nuestro poder creativo a la desesperanza y la nada.
Es por esto que crear, que dedicar nuestras vidas profesionales a este quehacer, es un acto de valentía, que menospreciado por los sistemas económico-políticos, esconde un gran tesoro, la conexión con tu poder personal, con tu visión de mundo, con creer en que eres capaz de hacer, crear, en lugar de consumir.
Al final lo importante no es la pieza en sí misma, es el proceso que nos permea, nos modifica, nos libera, sana y encara con nuestro ser creativo. Y bueno, mantener vivo ese espíritu mientras vivimos en un sistema de producción capitalista, es mucho más que un reto. ¿Tú qué opinas de la creatividad? ¿Eres de esas personas que piensa que no tiene creatividad? Tal vez deberías de examinar un poco más quién te dijo esa mentira, de dónde vino ese cuento, tal vez un ser de la nada quiso apoderarse de tu corazón creativo, no lo sé, piénsalo.