Las cosas que decimos... hay que aprender a conectar el cerebro con la boca

Opinión
/ 13 octubre 2023

El otro día, en una reunión, escuchaba una frase que me dejaba estupefacto. Uno de los presentes acababa de comprarse un auto nuevo y, mientras lo estaba mostrando a todos nosotros, alguien le dijo: “Vaya, siento envidia de la buena por ti”.

¿Envidia? ¿De la “buena”? ¿Entonces hay dos tipos de envidia, la “buena” y la “mala”? De lo que uno se entera.

TE PUEDE INTERESAR: ¿Pensar en pequeño o en grande? El síndrome del impostor

Y ya sé lo que va a pensar, “es una expresión”, “así se acostumbra decir”, pero ¿por qué? Sería mejor decir: “¡Oye, qué bien, me alegro por ti!” o “¡Felicidades!” o, incluso, “¿Y a mí qué me importa? Que lo disfrutes y ya”, etcétera. Cualquier expresión siempre será más realista y estará más acorde con nuestros sentimientos que decir “siento envidia de la buena”.

El diccionario de Oxford define la envidia como “el sentimiento de tristeza o enojo que experimenta la persona que no tiene o desearía tener para sí algo que otra posee”. La RAE (Real Academia Española) la define como “la tristeza o pesar por el bien ajeno. Es esa emulación, ese deseo de algo que no se posee”. Entonces, ¿dónde está lo “bueno”, oiga?

Todo esto me lleva a darme cuenta de que como especie hemos avanzado tanto. Hemos logrado viajar varias veces al espacio, visitar la luna, descubrir y estudiar otras galaxias. Sin embargo, hasta el día de hoy, con todos nuestros avances tecnológicos, no hemos encontrado la manera de conectar inteligentemente nuestro cerebro con nuestra boca. Todavía no hemos descubierto cómo pensar antes de hablar y, sobre todo, cómo controlar las tremendas estupideces que salen de nuestra boca.

A veces usamos estas frases como pretexto para poder justificar el siempre dar una respuesta, estemos de acuerdo o no. Siempre tenemos ese afán de decir algo, pero sobre todo, de decir algo que agrade a los demás. No sabemos cómo expresar nuestros propios sentimientos acerca de distintos temas.

Siempre dicen: “Si no tienes nada bueno que decir, es mejor quedarse callado”, pero quizás debería ser: “Si no tienes nada inteligente que decir, definitivamente es mejor quedarse callado”. Como dijo Mark Twain: “Es mejor estar callado y parecer tonto que abrir la boca y disipar dudas”.

Si algo nos molesta, tendemos a disimular, a ofrecer esa “sonrisa” y a decir algo positivo. Tal vez esta persona por dentro estaba que le llevaba la fregada porque quería tener ese auto nuevo y por “x” o por angas, como decía el Piporro, no pudo obtenerlo. Pero según dicta nuestra sociedad, debemos ser corteses y decir algo agradable a nuestro prójimo. ¡Claro que no! Tenemos el derecho de decir algo o no decir nada. Pero si elegimos decir algo, digamos lo que realmente sentimos. Sólo recuerde, si no es inteligente, es mejor callarse.

La envidia no es sana, de eso no hay ni la menor duda. Porque mientras nosotros sigamos sintiendo celos y enojo, la otra persona o personas seguirán logrando más y más objetivos. No ganamos nada con envidiar a los demás; es mejor ponerse a trabajar y esforzarse por obtener lo que nos merecemos. En esta vida nadie obtiene lo que se merece, sino lo que ha ganado.

Si sentimos tanta envidia, aunque sea de la “buena”, y no podemos evitarlo, ¿por qué no esforzarnos por empezar a sentirla por nosotros mismos?

TE PUEDE INTERESAR: Usted decide cómo le gusta

Para lograrlo, debemos ser conscientes de nuestros propios sentimientos, de lo que nos gusta y de lo que no. Debemos aceptar que no somos responsables, ni cómplices, ni culpables del éxito o fracaso de los demás a nuestro alrededor. Estamos a cargo de nosotros y nada más.

Porque al final de todo, lo único que importa no son sus amigos, ni su familia, ni su pareja; es usted. Y si siente envidia, aunque sea de la “buena”, es un desperdicio en todos los aspectos: de su inteligencia, por no saber expresarse, y de su tiempo, por no saber aprovecharlo para lograr lo que se proponga.

Así que la próxima vez que piense en decir esta frase o una similar, piense mejor antes de hablar y piense en cómo actuar para lograr lo que quiere. La decisión es sólo suya, al fin y al cabo, esta es solamente mi siempre y nunca jamás humilde opinión. Y usted... ¿qué opina?

Instagram: entreloscuchillos

Facebook: entreloscuchillosdanielroblesmota

Twitter: entreloscuchillos

Correo electrónico: entreloscuchillos@gmail.com

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM