Las páginas prohibidas de la educación

Opinión
/ 1 febrero 2024

“Buenos días niños. Como seguramente algunos de ustedes ya se habrán dado cuenta, su libro de Ciencias Naturales tiene unas páginas grapadas. En ellas hay cosas que no pueden ver. Cada mes voy a revisar sus libros y si descubro que alguien de ustedes le quitó alguna grapa, no sólo va a ser castigado fuertemente por mí, sino también por Dios”.

Eso sucedía en algunas escuelas de México y sinceramente desconozco si ocurre todavía. Las páginas que hablaban de anatomía del hombre y de la mujer eran cosa del demonio y por nada del mundo debían ser vistas por criaturas inocentes. Lo que no sabían quienes ordenaban aquella prohibición es que estaban alimentando el morbo en los niños y el deseo de conocer lo “prohibido”. Muchos de esos pequeños, incluyéndome, tratábamos de ver entre grapa y grapa qué tenían aquellas páginas prohibidas y esperábamos ansiosamente a que se terminara el año escolar para poder deshacer ese sello moralista. Lamentablemente esas páginas de educación sexual fueron vistas más bien como una revista pornográfica que como una oportunidad para hablar clara y abiertamente sobre el propio cuerpo de la mujer y del hombre, además de los riesgos que conllevan los embarazos no deseados y el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

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Por fortuna, actualmente el tema de la sexualidad es tratado abiertamente desde la primaria. Sin embargo, esto resulta todavía escandaloso para algunos moralistas quienes suelen elevar el tono de sus voces para condenar lo que a sus ojos resulta pernicioso. “¿Cómo es posible que se hable de sexo a un niño?”. “¿No está el mundo tan descarriado como para comenzar a fomentar la concupiscencia desde la infancia?”. “Con eso de la educación sexual sólo se va a aumentar la promiscuidad en México y viviremos en un ambiente donde reinará el libertinaje”.

Sin lugar a dudas, el sexo es un tema que debe ser tratado en todas las escuelas, pues es un proceso biológico que da origen a la vida. No entiendo cómo pretenden enseñar ciencias naturales y se niegan a hablar sobre el mayor milagro de la naturaleza: la procreación de un ser humano.

Por no haber tenido una adecuada educación sexual, los mexicanos sufrimos grandes problemas que afectan al desarrollo social. Uno de ellos es la sobrepoblación. Qué diferente realidad viviríamos en nuestro País si no fuéramos más de 120 millones de habitantes. De seguro habría menos pobreza, existirían más oportunidades de trabajo y de recibir una educación digna y, sobre todo, los mexicanos podríamos llevar una mejor vida, sin tener que lamentarnos por la falta de alimento, de agua y de servicios básicos.

Otro problema que se deriva de la deficiente educación sexual es el de los embarazos no deseados durante la infancia y adolescencia. Según el INEGI, más del 20 por ciento de los embarazos que ocurren al año son de niñas y adolescentes de entre 11 y 19 años, lo cual se traduce en más de medio millón de nacimientos al año. Las mujeres que tienen hijos en la adolescencia tienen que enfrentar serios problemas al ver truncado su proceso normal de desarrollo y al asumir una maternidad temprana sin ninguna experiencia. En Coahuila la situación de embarazos no deseados en la infancia y la adolescencia ha significado un gran problema social y de salud. De hecho, no ha sido raro que Coahuila forme parte del top 5 en cuanto a las estadísticas nacionales de embarazos no deseados en adolescentes.

El sector de la población más afectado por el SIDA es el de los jóvenes. Estoy seguro que con una buena educación sexual existirían menos personas con este virus, pues como han dicho, la única vacuna contra el SIDA es la información.

¿Cuántas veces has estado en un Oxxo o una farmacia y escuchas a un adolescente o a una jovencita pidiendo un condón? Yo nunca, y eso es alarmante.

Es cierto que los principales responsables de los menores de edad son sus padres, pero en cierto grado también sus maestros.

No estamos ya en los tiempos de las páginas prohibidas. Por eso los padres y maestros han de estar bien preparados a fin de orientar debidamente a sus hijos o alumnos en este importante campo de la vida. No debe haber oposición entre la escuela y el hogar, sino mutua colaboración para enseñar no únicamente los aspectos puramente fisiológicos del sexo, sino también el amor y la responsabilidad que deben acompañar siempre al ejercicio de la sexualidad.

aquientrenosvanguardia@gmail.com

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