Ley de ingresos desequilibrada: castiga al norte del país y olvida a los migrantes y a la inversión productiva
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Esta semana ha sido muy importante para la planeación de la economía del siguiente año, pues se han estado dando los últimos detalles a la ley de ingresos y egresos, y es aquí donde ha empezado el “estira y afloja” entre los representantes del partido en el poder y los miembros de la oposición. Estos últimos sosteniendo que el presupuesto no es adecuado para las necesidades del país y que favorecía aspectos electorales que daban clara ventaja a las intenciones presidenciales de que Morena continuara en el poder.
Sin embargo, ninguno de los dos bandos ha explicado la lógica económica de asignación de recursos, que es lo que realmente importa pues el 2024 será un año clave para la economía: altos vencimientos de deuda de Pemex, año electoral desde luego, incremento en el gasto total de las pensiones, mayor costo de la deuda, por mencionar solo algunos de los renglones de mayor importancia.
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En un debate económico con un análisis básico se pueden hacer las siguientes observaciones, que, si bien no son exhaustivas, sirven como referencia para quienes no somos políticos y podamos entender qué eso que se ha propuesto no ayuda en nada al país y en consecuencia parece que la oposición tiene razón.
Para comenzar, el presupuesto autorizado está totalmente desbalanceado geográficamente, argumentando que el rezago del sur del país con respecto al norte se tiene que atender quitándole recursos al norte y no, generando oportunidades para el sur.
Si se analiza el rubro de infraestructura se podrá ver a todas luces que fuera de los proyectos emblemáticos del presidente de la república, no hay presupuesto, ni para el norte ni para el sur. Oaxaca, Guerrero y Michoacán no tienen dinero para el desarrollo de proyectos que atraigan inversión y generen empleos. Serán estados permanentemente dependientes de transferencias gubernamentales, dinero en la mano para abatir la pobreza, como dicen algunos, o compra de votos como digo yo.
No habrá dinero para carreteras, o al menos para darles mantenimiento, ampliarlas o en el peor de los casos, ponerles señalamientos en aquellas que por su peligro, así lo ameriten. Tampoco habrá nada para los estados del norte, que si bien llegan a tener diferenciales salariales promedio de 10 a 11 veces sobre algunos estados del sur, como entre Nuevo León y Oaxaca, no han recibido recursos para mantener carreteras, hospitales, escuelas y le han dejado esos gastos a los gobiernos estatales.
Sin embargo, estos no tienen con qué solventar estas nuevas obligaciones y simplemente ya empezamos a ver las consecuencias de esta situación. La autopista de cuota, si como lo lee, de cuota de Nueva Rosita a Nava en nuestro estado está en terribles condiciones, lo mismo está pasando con la autopista de Torreón a Chihuahua, cuyo tramo de 450 kilómetros ya está en una condición deplorable en algunos tramos. Para no entrar en tanto ejemplos, baste decir que así está casi todo el norte del México, lleno de tramos que requieren atención urgente, pero para eso no hay capital.
Tampoco hay nada en el presupuesto para atender problemáticas de seguridad social e higiene, ambos vinculados con una realidad que no podemos ocultar. La llegada masiva de inmigrantes de diversas partes del mundo, porque están llegando hasta indios y rusos, ya no es un problema del continente solamente sino de muchos países de diferentes continentes. Este asunto es de vital importancia para todo el país porque si bien el problema se origina en Chipas, llega hasta casi todos los estados fronterizos, pasando también por varios del centro del país.
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Si recordamos, en 2019 los inmigrantes pudieron haber sido responsables de la llegada a Coahuila de ciertas enfermedades tropicales, hasta ese momento ausentes de nuestro territorio. No se malentienda, no es culparlos de la llegada de enfermedades, al contrario, es puntualizar que no hay recursos para apoyarlos en torno a los problemas de salud que la gran mayoría de ellos tiene desde que salen de su país de origen, o que adquieren ya en territorio nacional. Chiapas se encuentra rebasado por el problema, en Tapachula, por ejemplo, los inmigrantes han destruido parques, llenado de basura las colonias donde pernoctan, dejado sus heces fecales en largos trechos de calles, porque seamos claros, ¿a dónde puede ir al baño a hacer sus necesidades un migrante?
Ahora imagine 110 mil de ellos que han pasado por ese estado en lo que va del año, que cosas no habrán ocasionado. No se bañan, no tienen lugares dignos para dormir, su salud es precaria y tristemente aquellos que mueren en el camino quedan como desconocidos y en realidad no se lleva un conteo de su muerte porque simplemente no se sabe que vienen ni sus nombres.
No se asignó ninguna partida para atender este problema que será peor, porque si se sostienen los pronósticos, alcanzaremos los 150 mil migrantes este año, y el siguiente podrían ser hasta 200 mil dadas la expectativas de empobrecimiento de los países de América Central y ahora Argentina. La pobreza del mundo ahora significa migración hacia México.
Lo peor del presupuesto es que no se asignaron recursos para la promoción de la inversión productiva. Es preocupante este asunto porque a pesar de que el nearshoring está dando buenos dividendos al país en torno a la inversión directa, la tendencia terminará en un máximo de 5 años y después habrá problemas seguramente.
Además, el 76 por ciento de las inversiones que están llegando a México este año, son del área automotriz, o relacionadas a ella. El resto de los sectores productivos están siendo dejados de lado. El propio sector turístico, puntal en la generación del 6 por ciento del Producto Interno Bruto y segundo generador de divisas para la nación, está prácticamente con un presupuesto operativo.
El sector electrónico no recibe apoyo desde el inicio del sexenio, y ha sido uno de los de mayor crecimiento en los últimos 7 años, pero se necesitan recursos o incentivos fiscales para que más empresas se incorporen al mercado y se genere mejor empleo, con buenos salarios, que es donde se encuentra el reto.
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En este sentido, el anuncio, pero no construcción hasta el momento, de la planta de Tesla tiene a muchos muy nerviosos por los gastos realizados y es un ejemplo de que no hay infraestructura suficiente, ni una estrategia para retener a las empresas y no permitir que se den estos hechos bochornosos de anuncios incumplidos. Además, en todo el país hay empresas medianas y grandes que están pasando por serios problemas financieros u operativos, que se podrían salvar con un poco de apoyo fiscal y financiero. Insisto, no se trata de dar dinero, sino de ayudar a aquellas empresas que por la competencia o la obsolescencia han caído al borde la quiebra. A esto, se le llama política industrial y es más que claro, que en este gobierno no la habrá.
Hay más elementos faltantes en el presupuesto de la ley de ingresos que van a cobrarnos factura en el futuro. Estos tres puntos que seleccioné tienen una sola característica, tendrán efecto inmediato tan pronto inicie el 2024, que le aseguro, será un año de emociones fuertes en lo económico como lo sugieren los otros datos.