Los dichos de don Benito

Opinión
/ 7 febrero 2024

Por estos días he viajado mucho. Viajar mucho significa largas esperas en los aeropuertos. Me gusta llegar a ellos con bastante anticipación, pues muchas veces me ha sucedido que debo esperar aviones, pero jamás ninguno me ha esperado a mí.

Viajar mucho significa también noches de soledad en los hoteles. Entonces leo, lo cual es mejor que ver en la tele la película que te asestan, o los noticieros. Éstos los debería ver por obligación profesional, pero a mí las obligaciones profesionales no me gustan.

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En mi última gira llevé conmigo un libro de don Benito Pérez Galdós, que es escritor realista, con hondo sentido de lo popular. De él saqué esta pequeña serie de refranes:

De médico que trasnocha y cura que va al café, libera nos, Domine.
O sea: Líbranos, Señor, de médico que se desvela y de cura mundanal.

Tres cosas pide el dinero: saberlo ganar; saberlo disfrutar; saberlo despreciar.
En efecto, el dinero es excelente siervo, pero pésimo amo.

En el Mesón del Rubio no se paga hospedaje alguno.
El Rubio es el Sol. Quienes viven al aire libre, como los gitanos, no tienen que pagar cuenta de hotel.

Vino: el que no sabe mearlo no debe tomarlo.
Al vino te lo debes tomar tú, y no dejar que te tome él.

Que dos se vuelvan tres, cosa muy fácil es.
Es cierto: de los abracijos nacen hijos.

Cuando Periquillo llega a Don Pedro, ¡qué miedo!
Ni mandes a quien mandó, ni sirvas a quien sirvió.

Cuál más, cuál menos, de la cintura arriba todos somos buenos.
Lo difícil es ser virtuosos en cosas de la carne. Y no me refiero a la de comer.

A maestro de espada, aprendiz de pistola.
Significa que siempre hay alguien que puede más que otro, aunque sea menos que él.

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