La vez que digo hice lo que hago siempre: al levantar el vuelo el avión me santigüé. Volvió la vista hacia mí el moderno sacerdote y me miró como diciendo: ‘¿Y este loco?’
La pequeña obra de Strauss es descriptiva. En ella las percusiones desempeñan un papel muy importante. Suena una fusta que restalla como las lenguas de las cotilleras
Todo en Saltillo le gusta al general García. A los niños los mira rubicundos; le encantan “las mujeres con ‘chapas’ al natural en sus mejillas”. Visita el Palacio de Gobierno, “pleno de historiales”
Ya las campanas no hablan como antes. Ya no creemos que sirven para alejar la amenaza de los rayos y para conjurar a los demonios. Ya no se escucha el Ángelus, ni se detiene la gente para persignarse
Me he propuesto hallar palabras que usaban los clásicos castellanos y que usamos nosotros todavía. En Cervantes y Tirso, en Alarcón y Góngora, en Quevedo y Lope he encontrado vocablos que tienen medio milenio y más de edad
Por su propia naturaleza la lengua está en continuo cambio, de modo que tratar de fijarla es vano empeño. Y su esplendor no puede derivar de los académicos, sino de los escritores que la prestigian
Mi abuela materna, doña Liberata, vivió en la calle de Arteaga, casi frente a la placita que dicen de Castelar. Ahí en esa vieja casa que mi tía Adela, su hija, describía diciendo: ‘Son solamente tres adobes meados’
Sin ánimo de contradecir a nadie −y menos a Alighieri− pienso que las acciones humanas tienen su raíz en la vanidad. ¡Cuántas cosas hacemos porque nos están viendo!
Todos los tesoros de la panadería volcaban su cornucopia en las mesas saltilleras de limpidísimo mantel bordado, humeante jarro en el que se batía el chocolate de metate, con sabores de canela y vainilla
Bien hubiera podido decirse que la ceniza había caído sobre toda la ciudad. Se acababan las diversiones. No se organizaban bailes ya, y los cines quedaban desiertos como casa de mala nota en lunes
Pienso, la Iglesia debe tomar en cuenta más la fe del pueblo que el rigor de la verdad histórica. El pueblo está seguro en sus creencias, y la verdad de la fe cuenta más que la de los papeles
El acontecimiento tuvo lugar en un pequeño pueblo. A las señoras de la localidad les gustaba mucho jugar a la lotería, ésa de la dama, el catrín, las jaras, la chalupa...
José García Rodríguez tuvo oficialmente la calidad de Cronista de Saltillo. Es muy interesante notar que su nombramiento no fue expedido por el Cabildo saltillense, o por el Presidente Municipal, sino por el Gobernador del Estado
Los estudiosos de la obra de Strand señalan que su presencia en el desierto coahuilense dio al artista una visión profunda no sólo de la naturaleza, sino del modo de ser del mexicano
Nadie aparte de su madre lo lloró. Los vecinos, que lo consideraban loco, fueron apresuradamente a darle el pésame a la pobre mujer sin hijo ya y luego la dejaron sola con su muerto