Los problemas que vienen por la demografía en México
En tres años habrá más personas mayores de 50 años que menores de 15 en México, esto significa que el bono poblacional irá desapareciendo. Con ello también se darán cambios importantes en el consumo de productos, en la vivienda y sobre todo en la forma en que el gobierno obtendrá recursos del trabajo de los mexicanos. Será toda una nueva tendencia demográfica que transformará literalmente el sistema económico por todas las implicaciones que habrá.
En este momento ya hay más adultos mayores que niños menores de 5 años, de acuerdo con los datos del último censo de población y vivienda realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en 2020. Si las tendencias se han mantenido, podría haber para 2023 aproximadamente 14 millones de adultos mayores. A como van las cosas, para el final de la década podría haber más adultos mayores que jóvenes de 15 años y menos. Los datos son contundentes, si las nuevas generaciones mantienen la tasa de natalidad en menos de 1.9 hijos, México tendrá más adultos mayores que población de 21 años y menos en el 2050.
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Habiendo planteado lo anterior, lo que sigue es ver algunas de las consecuencias más importantes para el ámbito económico. Para empezar, caerá el consumo porque caerá el ingreso per cápita. No es lo mismo trabajar y tener un sueldo con prestaciones, que recibir una pensión o jubilación cada mes. A pesar de la propuesta presidencial de incrementar la jubilación al 100 por ciento del último ingreso, no habrá prestaciones como el pago de utilidades, aguinaldos de más de 15 días, prima vacacional, ayuda de uniformes, entre otras muchas. Se sabe hasta el momento que una buena pensión llegará al 70 por ciento del último ingreso y eso ya afecta a la economía, pues es un ingreso menor.
Además, el gasto de los adultos mayores de clase media se concentra en el cuidado de la salud y alimentación, en este momento. A lo mejor al incrementarse las pensiones y jubilaciones haya posibilidad de consumir productos turísticos como viajes, comidas en restaurantes, hoteles y alguna que otra cosa más. También se ha reducido el gasto en productos para bebés, el número de lugares en primarias particulares ha bajado un 4 por ciento y en general este segmento del mercado (niños pequeños) cada vez es más escaso. Agregue que el 34 por ciento de todos los matrimonios en México termina en divorcio, y que este dato se utiliza como excusa por los jóvenes para no casarse y no tener hijos. La tasa de natalidad ya es comparable a la de otros países más desarrollados como Estados Unidos (1.64) y Canadá (1.4) donde ya es raro ver niños.
El sector vivienda será el más afectado, como lo ha demostrado la experiencia en Europa principalmente, donde la población adulta mayor es arriba del 35 por ciento de la población total. Aunque en México se sigue necesitando un gran número de viviendas (el déficit es de 9 millones en el 2023), para el 2050 las necesidades serán menores principalmente porque la formación de nuevos hogares caerá pronunciadamente.
Además, los jóvenes recién incorporados al mercado laboral tardan más en salir del hogar familiar, lo que retrasa la compra de la primera vivienda. Si a eso se agrega que cada vez hay menos matrimonios, la expectativa para este sector es complicada. Sin datos específicos, se puede argumentar a manera de hipótesis que la edad promedio de la primera compra de una vivienda se ha incrementado cuando menos 2 ó 3 años. También han cambiado los espacios demandados por los compradores, pues éstos se han reducido ante el hecho de que las parejas normalmente tienen un hijo, máximo dos y por consiguiente, las viviendas son más pequeñas. Este hecho ha compensado el aumento de precio del sector y ha ayudado a los constructores a poder sortear la falta de capacidad de poder adquisitivo de algunos sectores de la población que necesitan vivienda y tienen para pagarla, pero simplemente no hay dónde construirlas en ciertas ciudades por detalles de geografía, procesos complicados con las autoridades o no es negocio. Para los adultos mayores, las viviendas pequeñas son lo ideal, ya que necesitarán un espacio adecuado porque la esperanza de vida se ha incrementado tanto en varones como en mujeres por arriba de los 74 años en México.
En este mismo sentido el magnate empresarial Carlos Slim dijo esta semana que era necesaria una reforma en las pensiones, pero no en el sentido propuesto por la actual administración federal, sino que se necesita que los trabajadores laboren hasta los 69 años, precisamente porque la esperanza de vida se ha incrementado casi 8 años, y las pensiones ahora se pagan por más años y eso no es sostenible. Hay que recordar que mientras que en otros países se busca que las personas se retiren más tarde en su vida y con menos dinero, en México se busca lo opuesto. No olvidar que al haber menos personas que trabajan habrá menos recaudación de impuestos, y con ello los servicios públicos empezarán a perderse o a bajar su calidad.
En el mercado laboral habrá adecuaciones nunca vistas. Para empezar, habrá menos trabajadores disponibles, no solo en México sino en todo el mundo precisamente por la baja tasa de natalidad que prevalece. También se espera que la productividad baje, porque al envejecer la población el trabajo físico lo resentirá. Habrá menos jóvenes buscando trabajo, por lo que, si las leyes de la oferta y la demanda se aplican correctamente, se ajustarán los sueldos al alza por la reducción de mano de obra disponible.
Hay más aspectos que la demografía está cambiando hoy, desde el aumento en el consumo de la comida rápida, hasta la demanda por productos de belleza para los jóvenes o de la salud para los adultos mayores. Es una reconversión de la economía. El mundo ya está cambiando, y la culminación de ese cambio llegará en el 2050, ya integrado en su totalidad a los sistemas productivos y de consumo. Desde luego, que es necesario seguir hablando de este tema porque hay todavía un mundo de asuntos económicos afectados por la demografía, entre lo más importante están la migración y la reconfiguración de las familias en virtud del género, por mencionar solo algunos, como lo sugieren los otros datos.