Propuestas constitucionales económicas: fallan los cómos
El tema actual es el conjunto de 22 reformas constitucionales propuestas por el presidente de la república, dos con carácter de ley y 20 con intenciones políticas e implicaciones económicas de gran calado. En este espacio solo me concentraré a aquellas que tienen una relación directa con asuntos de la economía nacional con breves comentarios que espero, sirvan de referencia para un mayor análisis a cada lector.
Para empezar, la propuesta de que todos los adultos mayores de 65 reciban una pensión, y aumentarla cada año es una excelente idea, pero no hay al día de hoy en los documentos del presidente una base establecida para la obtención de esos recursos financieros que tienen un doble problema, cada día son las personas de 65 años de edad y más y el aumento anual propuesto obligará a las finanzas públicas a crecer a perpetuidad, cosa que no ha sucedido en este sexenio ni en ninguno.
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En el año 2020 había 9 millones, 763 mil, 558 personas de 65 años y más, que técnicamente serían receptores de una pensión y estarían aumentando cada año el número de personas. Para este 2024, el 22% del presupuesto nacional total irá a pensiones y jubilaciones y hay que recordar que la pensión garantizada por el IMSS fue de 6 mil 223 pesos y cada año aumentará por arriba del promedio inflacionario.
Si a esto le agregamos que la propuesta número 12 (de las 20 enviadas) de revertir las leyes de pensiones de 1997 y del 2007 obligarán a empleados, patrones y gobierno a aportar más, el panorama de mediano plazo luce complicado. Se plantea en la propuesta un capital semilla de 60 mil millones de pesos para iniciar la reversión de las leyes, pero este recurso no será suficiente para más de dos años. Excelente intención, pero los cambios en las leyes e instituciones que sostienen a las pensiones serán muy difíciles de transformar.
Las becas a estudiantes en todos los niveles de familias pobres es una excelente idea, el problema radica en la forma en que se determinará a quiénes se les entrega el apoyo, sobre todo en momentos en que la inseguridad puede impedir la llegada del personal que levantará la información. Puede ser que ciertas áreas del país no reciban apoyos simplemente porque no se puede tener acceso a ellas por el crimen organizado.
Tampoco se ha dicho qué se hará en caso de bajo rendimiento, o si reprueba el estudiante. No se dieron los criterios necesarios para poder hacer un cálculo real de cuánto se podría gastar en este programa, pues si se toman en cuenta los 46.8 millones de pobres como punto de partida y se usa la distribución de edades en el país, podríamos decir que al menos 20 millones de mexicanos recibirán un programa de ayuda educativo. Muy buena intención, pero se requerirán fondos en grandes cantidades que hoy no se tienen.
En la propuesta 4 sobre atención médica gratuita para todos, suena muy bien y políticamente es muy atractiva, pero no hemos llegado a ser Dinamarca y no se ve para cuándo tampoco, no hay nada que pueda sostener esta propuesta. Se le ha cargado la mano al IMSS con consecuencias terribles para todo aquel que tenga que atenderse allí. Al cargarle enfermos que no cotizan han complicado la calidad y la capacidad de atención en hospitales en su mayoría muy viejos, porque no hay dinero suficiente para comprar los recursos necesarios.
La megafarmacia ha sido un fraude. Hay asuntos de corrupción, incapacidad de atención como lo dijo el propio director general del IMSS, ya que solo se han atendido hasta el momento 67 recetas. El sistema de salud está muy pero muy lejos de alcanzar esta meta que debería ser una obligación gubernamental.
La propuesta número 7 de no otorgar concesiones mineras a cielo abierto y prohibir el fracking es un mensaje directo a Coahuila. Sin embargo, la propuesta es contradictoria porque el propio presidente ha dicho que se busca la “soberanía energética”, y el gas shale podría ser una excelente opción para alcanzarla, eso sí, a un costo ambiental muy alto. Si se toma en cuenta que Coahuila tiene una reserva probada y abundante de ese gas, ya se limitó uno de los desarrollos potenciales del estado. De la minería mejor no decir nada porque los “pocitos carboneros” están bajo amenaza.
La propuesta número 10 es muy interesante de analizar desde la perspectiva económica. No permitir que el aumento del salario mínimo sea menor que la inflación, dice el presidente. Se quiere que sea cuando menos dos puntos arriba de la misma.
Esta atractiva la propuesta, sobre todo para los más pobres, pero habrá que recordar que nunca en la historia de la humanidad, en la carrera entre salarios e inflación, han ganado los salarios. La propia Hungría intentó demostrar que los salarios altos pueden compensar la inflación, y quedó en ridículo, generando la inflación más alta de la historia; 207% por día.
El presidente López Obrador está intentando proponer cosas que nunca nadie en la historia de la humanidad, con mejores condiciones económicas ha podido alcanzar o implementar; pensiones al 100% del salario e incrementos salariales por arriba de la inflación que no generen inflación. Si se puede lograr, se habrán roto todas las leyes de la economía disponibles hasta ahora. Recuerde que ya intentó el “gas del bienestar” y fue un tremendo fracaso.
También está proponiendo el presidente que se utilicen trenes de pasajeros en las líneas ferroviarias de carga. Esta idea ha venido desarrollándose desde hace más de 30 años.
El problema no es usar las líneas, sino determinar si existe o no un mercado para los trenes en la actualidad. Con una oferta aérea abundante y a buen precio, un transporte terrestre rápido, aunque por la inseguridad en las carreteras ya se volvió peligroso, la demanda para viajar en tren está en duda.
Además de que no existen las estaciones y tendrían que construirse, las rutas podrían no ser las que el mercado necesita, como lo ha demostrado la propia línea aérea del gobierno. No se trata de viajar a dónde otros no viajan, sino de ir a donde hay pasajeros que deseen ser transportados.
Preocupa también la seguridad en líneas que tienen doble propósito pues no existen en la actualidad los mecanismos necesarios para salvaguardar la integridad de los pasajeros y dadas las condiciones de austeridad franciscana, el gobierno federal podría escatimar en soluciones de seguridad poniendo en riesgo a todos.
Además, nuevamente sería el gobierno federal el responsable de los trenes y el dinero público iría allí, subsidiando una actividad que no es prioritaria para las necesidades actuales del país. Mejor invertir en salud o educación, el transporte ya tiene una oferta abundante y de buen precio.
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La propuesta veinte, “terminar con los organismos autónomos”. Dice el presidente que con eso se pagarían las nuevas pensiones y sus incrementos, nada más falso que eso como razón para eliminarlos. Decir que no sirven de nada, también es mentira porque son el contrapeso que sabemos que él no quiere porque limita su ejercicio del poder.
Es un asunto político, pero lo menciono porque dentro del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá se tiene el compromiso de mantener varios de estos órganos que de no existir estoy seguro, el sistema económico nacional estaría en graves problemas.
Las propuestas políticas tendrán prioridad sobre las económicas porque así es México. No olvidar que el 71% de los 35 millones de hogares en nuestro país reciben al menos uno de los Programas para el Bienestar, y eso significa votos, aunque no lo digan los otros datos.