Mayores remesas desde el exterior, ¿Qué indican?

Hace ya un buen número de años que los datos de monitoreo al flujo internacional de divisas indican un crecimiento permanente en el monto de las remesas que son enviadas desde Estados Unidos a nuestro país, un fenómeno que impacta a todas las entidades, incluida la nuestra.

De acuerdo con datos del Banco de México, una de las ciudades coahuilenses donde se registra un mayor crecimiento en el envío de dinero desde el exterior es Saltillo, que en la última década ha experimentado la llegada de hasta el triple de los recursos.

Tan sólo en el tercer trimestre de este año, la cifra de remesas reportada para la capital coahuilense fue superior a 32 millones de dólares lo cual constituye un récord en dicha variable que, para el caso de Saltillo, acumuló más de 83 millones de dólares en los primeros nueve meses del año.

Las remesas, de acuerdo con la definición técnica del término, son montos de dinero que envían personas migrantes que se encuentran en Estados Unidos a sus familiares en el país, aunque también contemplan envíos que se hacen desde otros países a personas migrantes que se encuentran momentáneamente en el territorio nacional.

¿Qué implica la creciente llegada de recursos desde el exterior a nuestras ciudades? En primer lugar que nuestros paisanos que se encuentra en Estados Unidos –de forma legal o ilegal– cuentan con empleos que les permiten destinar una parte de sus ingresos al sostenimiento de sus familias acá.

También implica que los cientos de millones de dólares que llegan anualmente a territorio coahuilense ayudan a aliviar la situación financiera de las familias más pobres que, gracias a las remesas, pueden equilibrar su gasto y enfrentar la carestía de alimentos, por ejemplo.

Más allá de su contribución al gasto familiar, las remesas también representan una oportunidad para financiar proyectos productivos y de carácter comunitario que los gobiernos municipal, estatal y federal deberían estimular. Estamos hablando de miles de millones de pesos de “dinero fresco” que llega todos los años al Estado.

Este tipo de proyectos han sido impulsados en otras entidades del país, de las cuales Zacatecas –que son nuestros vecinos– constituye un ejemplo destacado por el número de comunidades involucradas, así como por la diversidad de proyectos emprendidos.

Valdría la pena que a nivel municipal se explorara la posibilidad de involucrar a nuestros paisanos, que cotidianamente envían remesas desde el exterior, en proyectos de este tipo que no solamente implican beneficios directos para sus familias, sino también indirectos para toda la comunidad.

Habría que estudiar la experiencia de otras regiones del país en este sentido y, a partir de ello, plantearse una ruta para que el creciente volumen de divisas que llega a nuestra región en forma de remesas sea utilizado de manera que multiplique su impacto.