Mirador 10/07/2024

Opinión
/ 10 julio 2024

Ciudad de México. Año de 1941.

Este hombre, periodista y poeta –se pueden ser las dos cosas al mismo tiempo–, vive en un cuarto alquilado en la calle de Enrico Martínez número 12. Una madrugada llega a su habitación después de haber trabajado toda la noche en el periódico. Se acuesta y apaga la luz.

Apenas está conciliando el sueño cuando de pronto una ráfaga de aire frío levanta la sábana que lo cubría. Piensa: “Me olvidé de cerrar la ventana”. Enciende el foco. La ventana está cerrada. Abajo pasa por la calle un cortejo funeral. Pocas horas después le llega un telegrama. Ha muerto un familiar cercano muy querido.

El escritor se llama Alfredo Cardona Peña, y narra ese episodio en un libro de memorias.

Yo no creo en cosas sobrenaturales, y en muchas de las naturales me cuesta trabajo creer. Entiendo, sin embargo, a la señora a quien alguien le preguntó si creía en fantasmas. Respondió. “No, pero me dan miedo”.

¡Hasta mañana!...

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