Mirador 21/08/2024

Opinión
/ 21 agosto 2024

El poeta amaba a su musa.

La musa no correspondía a su amor.

El poeta, entonces, escribía hermosos poemas llenos de sentimiento y emoción.

¡Cuán bellos eran sus versos! Quienes los leían quedaban conmovidos, y aun algunos –sobre todo algunas– derramaban lágrimas.

El poeta, halagado por el éxito que tenían sus poemas, se dejó crecer la melena y adoptó una actitud melancólica a fin de parecer poeta.

Su musa, al verlo así, se prendó de él y correspondió a su amor.

Entonces el poeta dejó de escribir poemas.

Se cortó la melena, y su actitud melancólica se tornó plácida.

Correspondido por la mujer amada dejó de ser poeta.

Ojalá su musa, al verlo ya sin melena y sin melancolía, se desenamore de él y lo abandone.

Entonces el poeta volverá a escribir hermosos versos. Volverá a ser poeta.

¡Hasta mañana!...

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