Mirador 21/09/2023

Opinión
/ 21 septiembre 2023

“Di por qué frente al ropero / donde hay tantos retratos, / di por qué lloras a ratos, / dime abuelita por qué”.

Será difícil hallar versos tan tristes como ésos en el vastísimo repertorio musical de México. Yo confieso sin avergonzarme que cuando oigo esa canción de Cri-Cri mis ojos se humedecen. Y ni siquiera puedo culpar por ello al humo del cigarro, pues jamás en mi vida he fumado.

Sucede que vi a mi abuela, mamá Lata, y a doña María, la madre de mi eterna novia, llorar así, frente al ropero en cuyo espejo se fijaban los retratos de los queridos muertos: de la hija amada fallecida en flor de juventud; del hijo a quien la tos ferina se llevó de niño; del hermano que fue a buscar la vida en otras tierras y nunca regresó...

Los roperos ya no se usan, y tampoco los retratos como aquellos de antes. Pero las imágenes de los ausentes se ponen en el alma, y frente a ella también se llora a ratos.

¡Hasta mañana!...

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