Mirador 26/10/2023
Leyenda medieval es ésta. Me conmueve.
Un pobre saltimbanqui acudió a la capilla de la Virgen y le habló a su imagen:
-Madre: mi mujer y mis hijos sufren hambre. Ayúdame, por piedad, a conseguir el pan para ellos. No sé rezar, pero te presento la única oración con que puedo dirigirme a ti.
Y así diciendo hizo ante la Virgen las piruetas y volatines que sabía hacer.
Entonces la imagen de la Señora cobró vida. Sacudió uno de sus pies y dejó caer el escarpín que en él calzaba, hecho con hilos de oro y plata y cuajado de rica pedrería.
El hombre, jubiloso, fue a venderlo, pero los alguaciles lo prendieron, y sin creer su historia lo condenaron a morir en la horca por ladrón. El infeliz pidió como última gracia que le permitieran decir ante la Virgen su oración final. Otra vez hizo ante ella sus piruetas. La gente vio, maravillada, cómo la Virgen sacudía su pie y le daba al saltimbanqui su otra zapatilla.
Me conmueve esa leyenda, dije. También yo soy un saltimbanqui que no sabe cómo rezarle a la Señora.
¡Hasta mañana!...