Nearshoring y vivienda: el reto de combinarlos bien

Opinión
/ 4 marzo 2024

Fenómenos como el nearshoring son una oportunidad para que los inversionistas obtengan mayores ganancias. Pero también deben servir para resolver problemas sociales

El fenómeno de la relocalización de empresas, que implica reducir la distancia entre el lugar de producción y el mercado de consumo, representa una de las oportunidades más relevantes para regiones como la nuestra, en materia de impulso a la economía. Al mismo tiempo, sin embargo, implica riesgos que, de no atenderse, pueden generar problemas indeseables.

Uno de los retos que el nearshoring representa es el relativo al ensanchamiento de la desigualdad económica entre las familias de mayores y menores ingresos. Y es que si los efectos de mercado, implícitos en el arribo de un gran número de inversiones, no son identificados y atendidos a tiempo, a largo plazo pueden generarse una brecha aún mayor.

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Entre los aspectos en los cuales esto puede ocurrir se encuentra el del acceso a la vivienda. Múltiples voces han venido advirtiendo en este sentido en los últimos años, y en esta edición publicamos un reporte que recoge una más de las aproximaciones que existen al respecto.

Federico Taboada, arquitecto y urbanista, plantea la necesidad de diseñar políticas públicas orientadas a resolver la crisis de vivienda que existe en nuestra entidad y que implica, entre otras cosas, la existencia de decenas de miles de casas deshabitadas o abandonadas.

“Al ser México la única opción (para la llegada de las inversiones), lo que tenemos que hacer nosotros es negociar que haya mejores condiciones laborales para los trabajadores porque aunque nosotros exijamos las mejores condiciones que pueda haber de trabajo en México, sigue siendo más barato y más seguro instalarse en México que instalarse en Estados Unidos o en China”, ha dicho el especialista.

El término clave en el planteamiento de Taboada es “negociar”. O, dicho de manera más concreta, incluir en las negociaciones para la llegada de nuevas inversiones la variable de la vivienda, a fin de atacar de forma preventiva el problema que implica el desplazamiento hacia los centros fabriles.

Hacerlo implica también asumir que nuestro país y, más concretamente, nuestra región, se encuentra en situación de ventaja frente a quienes tienen la necesidad de reubicar sus plantas productivas.

No se trata, desde luego, de abusar o pretender la obtención de ventajas indebidas a la hora de promover la entidad. De lo que se trata es de asumir que no es suficiente atraer inversiones, sobre todo a regiones como la Sureste, si en ello no se encuentra previsto que quienes trabajen en estas nuevas empresas, además de contar con un empleo, accedan a una mejor calidad de vida.

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El de la vivienda es un problema con varias dimensiones, al menos en nuestra región: por un lado está el encarecimiento que esta ha sufrido y, por el otro, el tener que invertir cada vez más tiempo en desplazarse hacia el lugar de trabajo, por sólo mencionar un par. La oportunidad que brinda el nearshoring tendría que ser aprovechada para atajar estas consecuencias.

Decirlo, sin embargo, es mucho más fácil que hacerlo. Sobre todo si a la hora de concebir los fenómenos económicos solamente se tiene en cuenta las ganancias económicas y se desprecian los costos sociales.

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