Policías reactivas y aplicaciones que no atienden la raíz
En la semana llamaron mi atención dos anuncios de autoridades relacionadas con el tema de la violencia a la mujer y a la familia. El primero de ellos fue el anuncio de la creación de la Policía de Protección a la Mujer y la Familia por parte del alcalde de Torreón, Román Alberto Cepeda. Y el segundo fue el que hizo la magistrada de la Sala Regional del Poder Judicial de Coahuila, María Luisa Valencia García, sobre la implementación de una aplicación digital en apoyo a las mujeres que puedan estar en peligro, a través de la cual envíen una alerta a las autoridades.
Ello me hizo recordar la Alerta Violeta, también una aplicación lanzada por la anterior administración de Torreón, para atender la violencia contra la mujer en el transporte y espacios públicos.
De inmediato pensé que este tipo de anuncios son precisamente el reflejo de políticas públicas cortoplacistas, sin profundidad, y sobre todo son acciones reactivas, pero no encaminadas a atender y atacar el problema estructural.
Al pensar en la posible Policía a la Mujer y la Familia de Torreón, consulté las cifras de llamadas de auxilio por violencia a la mujer para poner en perspectiva el posible trabajo que tendrán:
En 2021 se recibieron al Sistema de Emergencia 911, 10 mil 828 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres en Coahuila, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). Esa cifra ubicó a la entidad en el lugar siete del País, y cuarto si se mira desde la perspectiva de que fueron 662.3 llamadas por cada 100 mil mujeres, muy superior a la media nacional que fue de 442.5.
Por ejemplo, se recibieron 212 llamadas de emergencia relacionadas con abuso sexual, 6.5 por cada 100 mil habitantes, cuando la media nacional es de 4.8. En cuanto a llamadas de emergencia por acoso u hostigamiento sexual se realizaron 368 llamadas, 11.28 por cada 100 mil habitantes, cuando la tasa media nacional es de 7.4
También hay registro de 158 llamadas de emergencia por presunto incidente de violación, lo que colocó al estado en el lugar siete del País. La cifra representó una tasa de 3.88 llamadas por cada 100 mil habitantes, también por encima del promedio nacional que fue de 2.78.
Las llamadas de emergencia por incidentes de violencia de pareja fueron 6 mil 529, una tasa de 200.2 por cada 100 mil habitantes, apenas por debajo de la tasa promedio nacional que fue de 201.2
En cuanto a llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia familiar se registraron 38 mil 771, es decir, una tasa de mil 188.8 por cada 100 mil habitantes, el doble del promedio nacional y lo que llevó a Coahuila a ocupar el sexto lugar nacional.
No por nada los delitos de violencia familiar tuvieron su punto más alto de denuncias en 2021, pues se registraron 11 mil 772 carpetas de investigación por este delito, la cantidad más alta en cinco años. La cifra representa un aumento de 26.8 por ciento en comparación con 2020.
AL TIRO
Cada nueva administración escuchamos nuevos programas, la creación de nuevas dependencias, la creación de figuras que atiendan equis o ye problema. Y si esa nueva administración tiene colores diferentes a la anterior, suele suceder que se deseche lo realizado, sin realmente medir lo bueno y lo malo que se hizo. Es parte de la pobre cultura política del País.
Por eso vemos cómo en el tema de la atención a la violencia de la mujer, como en muchos otros temas de la vida diaria, los programas y estrategias se hacen sin sumergirse en la raíz. Se sale al quite con anuncios inmediatos, pero realmente nadie, ningún gobierno de ningún partido toma este y otros temas con la seriedad que merece. Es la declaración,
el anuncio, la fotografía. Pero
sólo eso.
Más de 10 mil mujeres coahuilenses hablaron en 2021 para solicitar auxilio por un tema de violencia. Entre 29 y 30 llamadas cada 24 horas. ¿Cuál fue el resultado de esas llamadas? ¿Las atendieron? ¿Las rescataron? ¿Las canalizaron a instancias de apoyo y denuncia? ¿Qué seguimiento hubo? No lo sabemos. Pero como no se mide y no se quiere trabajar a largo plazo y atender el problema estructural, por eso se crean aplicaciones y policías reactivas. Que quizá puedan ayudar, pero
no previenen ni atienden la problemática de fondo. Y quizá por eso, después de tres años, desaparecen.
En 2021 sumaron 22 feminicidios. Dos eventos menos que en 2020, aunque en total fueron 29 víctimas de feminicidio. Sin embargo, en los últimos tres años, la cifra supera los 20 casos.