¿Cuál Informe? ¿Cuál Gobierno?

Politicón
/ 2 diciembre 2018

El viernes 30 de noviembre, Miguel Riquelme presentó su Primer Informe de labores y por increíble que parezca ya pasaron 366 días desde que tomó posesión como Gobernador de Coahuila.

¿Qué ha pasado en ese tiempo?

Para explicarlo reseñaré 15 momentos, enunciativos aunque no limitativos, que definen su gestión hasta la fecha.

1. A 96 horas de asumir el cargo la Secretaría de Finanzas contrató un crédito por 980 millones de pesos, sin transparentar ni justificar para qué. Durante la campaña electoral el entonces candidato del PRI había prometido no pedir “un sólo peso en los próximos seis años”.

2. No ha logrado implementar su principal propuesta de campaña: “Mi Monedero Rosa”, esa dádiva contenida en una tarjeta de cartón que constaría –según sus propias palabras– de “200 pesos en promedio”.

3. Presentó su Plan Estatal de Desarrollo 2017-2023 a los 143 días de iniciado el mandato. Si bien está dividido en cuatro ejes con objetivos generales y específicos, estos son genéricos, ambiguos, y la redacción no proyecta innovación sino estancamiento. Se trata de un documento de 96 páginas, de las cuales 26 son ocupadas por fotografías y 70 por texto efectivo.

Esta semana, en la víspera del Primer Informe, anexó lo que en el papel sería un desarrollo y ampliación del mismo. En la práctica, sin embargo, se trata de una descripción de las atribuciones correspondientes a cada secretaría del Gabinete, básicamente.

En resumen: no hay plan.

4. Jorge Torres, exmandatario prófugo de la justicia estadounidense, se infartó en Saltillo a los seis días de iniciar el sexenio del lagunero. Pese a que la DEA lo busca, en el Gobierno de Coahuila nadie movió un dedo para entregarlo a la justicia. Desde entonces no se supo más de él.

5. La Secretaría de Inclusión y Desarrollo Social pagó 12.7 millones de pesos por simular una encuesta denominada “Coahuila Opina”, utilizando un esquema de contratación similar a las empresas fantasmas en el sexenio encabezado por Rubén Moreira.

6. En este mismo espacio se documentó una compra atemporal, por adquisición directa en 6.5 millones de pesos, a proveedores ‘dudosos’ –por decirlo de alguna manera– de cuatro autobuses escolares de segunda mano que valían en realidad 1.5 millones en total, para donarlos ipso facto a la UAdeC.

7. Compra de 2 millones 620 mil despensas a sobreprecio a un proveedor del Estado de México. El modelo, pese a ser el centro de la política en Coahuila, no conduce a ninguna parte. Es una cadena de subdesarrollo, marginación, clientelismo y corrupción.

8. En el primer trimestre de 2018, comparado con ese mismo lapso pero de 2017, en Coahuila creció la pobreza de 25.9 a 28 por ciento de acuerdo con el Coneval. La cifra, traducida, significa 60 mil personas empobrecidas.

9. A seis meses del homicidio de Fernando Purón, excandidato a diputado federal, ocurrido en plena campaña electoral, sus perpetradores continúan en libertad. De tal forma un Gobierno que no puede garantizar a uno de los suyos ni la seguridad primero, ni la justicia después, es un Gobierno fallido.

10. Excedió ya el presupuesto inicial para publicidad oficial, derrochando al 30 de septiembre 622.3 millones de pesos en el rubro.

11. Gastó 25 millones de pesos en camionetas blindadas asignadas a su Oficina. 

12. Reestructuró por tercera vez la deuda pública de Coahuila, aumentando el plazo de pago hasta 2048. El hipotético beneficio que obtendría con la renegociación quedó anulado con la subida de la tasa de interés al 8 por ciento que asestó el Banco de México el pasado 15 de noviembre.

13. Es fecha que la Auditoría Superior de la Federación aún no comprueba el destino de 265.7 millones de pesos malversados de la cuenta pública 2016, último año en que Miguel Riquelme fungió como alcalde de Torreón. Están “por recuperar o aclarar”.

CORTITA Y AL PIE
Amén de lo anterior, a vuelapluma se puede mencionar un puñado de acciones que indican continuidad: impulso al ecocidio que supone el fracking, nula investigación (ni castigo ni mucho menos recuperación del dinero) del emblemático caso de las “empresas fantasma” que saquearon el erario, obra pública escasa y no prioritaria, y atole con el dedo a familias de desaparecidos.

LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS
No hay rumbo. Sus antecesores inmediatos, Moreira I y Moreira II, sí lo tenían. Uno basó su Gobierno en la obra pública financiada con deuda y otro en una pretendida defensa de los derechos humanos. Ambas administraciones fueron desastrosas, sí, pero seguían una ruta. Giraban alrededor de un eje.

Ahora ni eso. Riquelme no ha posicionado un mensaje. No se le reconoce por algo en particular. A diferencia de sus predecesores inmediatos, el mandatario estatal se mueve por una escala de grises donde no se note su presencia. O también puede ocurrir que esté sufriendo “El Principio de Peter”: ascendió en la jerarquía gubernamental hasta alcanzar su nivel de incompetencia.

Por lo demás, ¿dónde está el piloto? No esperábamos nada de él y sin embargo ha logrado decepcionarnos.

@luiscarlosplata

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