Diario de un nihilista 02/10/2017

Politicón
/ 2 octubre 2017

Guárdame estas vacas
(glosa de una canción medieval)

Al que me guarda las vacas
nunca he querido besar
y yo prefiero guardar
las del que nunca me aguarda.
Así, madre, mi cuidado
no cuida del que me ama
y aguardo a ver si me llama
el que nunca me ha besado,
ni ha de guardarme las vacas.
 
Así, en una dirección
van las vacas despechadas
 y a otra las enamoradas:
la afición y la infición
las trae de uno a otro lado,
del vado hasta el precipicio:
Amor es puro estropicio
y así las ha pastoreado.
 
No ha de guardarme las vacas
quien de todas es Pastor.
Si les cambiara el color
y engordara a las más flacas…
Así, Pastor, me sonsacas
y me pones en el vado,
con el que nunca he besado
y el que me guarda las vacas.
 
Así pues, habré de amar,
que al fin todo Amor aprueba,
al que me quiere guardar
y a aquél que nunca me prueba.
Con tomillo, con albahaca
madre, yo sazonaré tal guiso
que hasta el que nunca me quiso
querrá guardarme las vacas.
Ambos me habrán de aguardar.
 

Legión 
Son ajenas y lejanas
aunque las tengo en las manos;
escucho los cascos vanos
de tantas armas paganas.
 
Y cierran con voces llanas
los horizontes cercanos;
mueren en ecos y arcanos
tantas armas casquivanas.
 
Un latido de campanas
alarma a los comarcanos:
se despliegan en sus planos
las huestes y caravanas.
 
La barbarie femenina
como entre sueños camina.

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