El INE, ¿obstáculo o aliado de los ciudadanos?
COMPARTIR
TEMAS
La autoridad siempre debe interpretar la ley a favor del ejercicio de los derechos de la persona. Este principio es fundamental particularmente para los derechos políticos. Y más si estamos hablando del INE, el encargado de promover la participación democrática y la cultura cívica.
La “candidatura independiente” se creó para ampliar el acceso a la participación electoral a todos los ciudadanos. Pero aquí se cumple aquello de “el que hace la regla hace la trampa”, porque los partidos llenaron de obstáculos el camino de los independientes. Con tal de defender su monopolio, se aseguraron de muchas cosas, entre ellas, que la decisión se debiera tomar antes de que los propios partidos definieran el método de elección de candidaturas; otra cosa de la que se aseguraron es que quien se atreva a desafiarlos tendría que demostrar más apoyo (1 por ciento del padrón electoral) que alguien que quiera crear un partido nuevo (0.26 por ciento).
La tecnología tiene el poder de sacudir los monopolios. Y por eso fue una excelente noticia que el INE lanzara una aplicación para la recolección de firmas para independientes. Pero la brecha entre teoría y práctica ha sido grande. Los problemas con la aplicación son innumerables y no cansaré al lector con el listado de todas las fallas y complicaciones. Diré tres cosas preocupantes.
Uno, el sistema no funciona en todos los celulares. Teniendo un sesgo socioeconómico que hace que los celulares menos costosos y sofisticados –los que tiene la inmensa mayoría de la gente– tengan muchos más problemas para recabar y enviar firmas.
Dos, si bien la aplicación resuelve problemas de las firmas en papel, no deja de ser una muestra piloto cuyas fallas se siguen corrigiendo. El INE ya anunció una actualización de la versión publicada (a un mes de haber iniciado el proceso electoral) misma que sólo podrá estar disponible en Android, pues el sistema iOS tarda más tiempo en publicar una mejora que el tiempo que falta para que concluya el proceso.
Tres, en ciudades inseguras (en México, casi todas las ciudades son inseguras) la gente tiene miedo de cargar su credencial y dar sus datos a un desconocido.
Estoy convencida de que, con el apoyo de los ciudadanos, reuniré a tiempo las firmas que la ley exige, pero es importante que el INE intervenga para que este proceso sea lo más eficiente e incluyente. Por eso, considero que:
1. Ante el problema de los celulares, se debe mejorar el programa de aplicación para que sea más fácil utilizarlo. También se debería permitir recolectar las firmas en papel, ya que millones de mexicanos no tienen un teléfono con acceso a internet y con memoria suficiente.
2. Ante el problema de inseguridad, el INE debe informar a la población que puede dar sus datos y que estos serán enviados de manera segura al INE; que explique cómo se puede firmar y pedir firmas; que nadie se va a enterar que dio su firma, que no lo pueden correr ni de su partido, ni de su trabajo; y que no compromete el voto.
3. El INE debe habilitar un módulo de recepción de firmas por lo menos en cada una de sus oficinas en los 300 distritos electorales del País, así como las de los organismos electorales estatales, para que todo el que quiera acudir a firmar por cualquier aspirante independiente a cualquier cargo pueda hacerlo directamente en el INE sin tener que ir con los equipos de los aspirantes.
De acuerdo con el Pew Research Center, nueve de cada 10 mexicanos está insatisfecho con nuestra democracia. Para revertir esto, es indispensable ampliar las posibilidades de participación a los ciudadanos. Reconozco el esfuerzo del INE, pero es necesaria más voluntad y diligencia de la autoridad electoral para que el ejercicio de las candidaturas independientes genere más participación y no más frustración con la democracia. Necesitamos un INE cerca de los ciudadanos, que en medio de tanto polvo electoral genere la confianza necesaria para fortalecerse frente a un proceso electoral que se ve complicado.