El sistema de pensiones ha sido un sistema de injusticias

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Asumir la reflexión y la toma de decisión de un tema particular que impacta a la sociedad de una forma u otra, es decir, en lo político, social o económico, siempre saca chispas porque los escenarios de análisis son variados y la realidad se ve desde ópticas y lugares distintos. Por eso, la importancia de poner en el centro valores que nos unen, que compartimos.
Pongo un ejemplo. Todos estamos de acuerdo con que los salarios que se pagan en México son muy bajos, los más bajos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), así lo declararon en abril de 2020. El 42 por ciento de las personas que habitan nuestro País están en la línea de la pobreza (Coneval, 2020). Aunque en este año se dio un alza salarial del 20 por ciento, de acuerdo al Diario Oficial de la Federación el salario mínimo en nuestro País se encuentra en 123.22 pesos al día, más o menos 15 pesos 40 centavos la hora. Lo recomendable, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), deberían ser 15 dólares la hora. ¿Habrá quien siga pensando que eso es suficiente para que una familia viva dignamente?
Otro tema que también es candente es el que apareció anunciado esta semana, el pasado miércoles, en la Mañanera: las pensiones de los trabajadores. ¿Qué le pareció? Otra vez, ¿es deseable que los trabajadores tengan después de una vida de trabajo, en la parte final de su existencia, una vida digna? ¿Comparte la propuesta?
Como con el tema de los salarios, el tema de las pensiones es una deuda pendiente que tiene el estado y la sociedad con los trabajadores. Los dos temas son consubstanciales. En este momento, las pensiones dependen del salario que haya ganado cada trabajador después de 25 años o mil 250 semanas de cotización en el IMSS. La propuesta es que, para tener una pensión garantizada, un trabajador pueda jubilarse con 15 años de trabajo o 750 semanas cotizadas y pasar de un 30 a un 40 por ciento a la hora de recibir el beneficio.
Muchos seguramente dirán, con toda razón, ¿y de dónde vendrá ese dinero? ¿Sólo de los empresarios? ¿De las Afores? ¿Habrá una partida especial de parte del Gobierno destinada a lograr este propósito? Los agoreros seguramente vaticinarán una crisis de proporciones alarmantes, ignorando que la economía existe para estar al servicio del bienestar del hombre, dentro de un contexto de justicia social. ¿Que no siempre se declara que el mejor capital de una empresa es el capital humano?
Se dice fácil cuando no se es propietario, pero si esta Ley pasa, como pasará, por el tono triunfalista utilizado en la rueda de prensa por el Gobierno Federal, el Presidente del CCE, el secretario general de la CTM y los representantes de las Cámaras, perdón, y la mayoría en el Congreso, se pondrá a prueba el concepto y la práctica de la Responsabilidad Social Empresarial, que a la fecha en muchas empresas sólo ha sido bandera legitimadora. El adelanto que se dio fue que la aportación patronal subirá del 5.15 al 13.7 por ciento en un plazo de 6 años, como cuando pagamos la gasolina, ¿recuerda? Otro elemento dentro de la propuesta es la reducción de las Afores, buscarán igualar las comisiones con sus partners internacionales.
¿Qué hay detrás de la propuesta de llevar a estatus de ley después de 23 años al tema de las pensiones en nuestro País?
Primero, entender que el número de personas afiliadas al IMSS no es tan alto como se piensa. En 2018, solamente 13 millones 121 mil 65 trabajadores estaban afiliados al IMSS; en 2019, 12 millones 327 mil 84 y en 2020 hay 12 millones 327 mil 845 personas. Por ejemplo, en este año, solamente se jubilarán 90 mil personas. Mismas que, después de haber dado su vida para que el País fuera productivo, tienen derecho a un final decente.
También se puede asomar la animadversión de una parte reducida de la sociedad porque tienen su vida solucionada. O por otra parte de quienes se han ido por la libre, con todo derecho, como emprendedores y no han entrado en un esquema de seguridad social respaldado por el Estado. El problema ha sido que en nuestro País hay un prejuicio sistemático que no es de ahora, todo el tiempo estamos adelantándonos vaticinando lo peor. De ahí la idea de que la iniciativa, de la que fueron parte empresarios, sindicatos y Cámaras, prepara el escenario electoral para el 2021.
Objetivamente detrás de la propuesta está la desilusión de muchos trabajadores, quienes durante mucho tiempo fueron despedidos por las empresas antes de que cumplieran el tiempo de jubilación. Simplemente después de los 50 años de edad, muchos ya no eran contratados, otro dato para entender la informalidad de la que tanto nos quejamos. Otros tantos, los menos, han accedido a la llamada Ley 40, donde a través de aportaciones deben pagar el equivalente a 10.075 por ciento del salario con el que quieran cotizar.
Lo cierto es que el sistema de pensiones, en nuestro País, ha sido permanente un sistema de injusticias. Así las cosas.