El toma-todo

Politicón
/ 4 diciembre 2016

La semana pasada los integrantes de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos, determinaron por unanimidad, un aumento al salario para fijarlo en 80 pesos y 4 centavos (habrá que estar atentos en qué se van a gastar los obreros esos 4 centavos). 

En la misma semana, acá en Coahuila, en una sesión en la que participaron los miembros del Instituto Electoral y los representantes de los partidos políticos, aprobaron también por unanimidad, el presupuesto final para la elección estatal. 

Consejeros y representantes de las numerosas franquicias políticas que le dan sustento al sistema político coahuilense, se pusieron de acuerdo y definieron el costo de la elección en: 374 millones 835 mil 749 pesos (aquí a diferencia del pobre salario mínimo, no hay centavos, pero de todas maneras los 9 pesos se ven sospechosos). 

Para un país en jauja y bonanza como el nuestro, en el que no hay hambre y el peso rebasa los 20 por dólar, el instituto electoral, para que no se respire miseria, para que no se vea que somos piedras, marros, tacaños o cuentachiles, se aprobó esa millonaria cantidad, de la cual los 49 pesos son sólo la punta del iceberg. 

Para darnos una idea del costo total de la elección, en la que los coahuilenses elegiremos gobernador, alcaldes y diputados, repetiremos hasta el cansancio en silabas esa cantidad, con el riesgo de que se nos confunda con niños gritones de la Lotería Nacional, sólo para que se pueda grabar en nuestra memoria, que tiende a olvidar con tanta facilidad las afrentas: 

Tres-cien-tos-se-ten-ta-y- cua-tro-mi-llo-nes-o-cho-cien-tos-trein-ta-y-cin-co-mil-se-te-cien-tos-cua-ren-ta-y-nue-ve-pe-sos-. 

Estos 374 millones 835 mil 749 pesos, serán repartidos de la siguiente manera: 

El 47 por ciento del presupuesto, equivalente a 177 millones 606 mil 537 pesos, está destinado a los partidos políticos, para que los dilapiden en campañas, esto es, en objetos y actos publicitarios que durarán 3 meses en el aire, tanto en el físico como en el virtual (al menos las tinas de pintura, los bultos de cemento y las varillas de acero, así sean de acero chino, duran más tiempo en la vida y en la mente de los votantes). 

El 33 por ciento del presupuesto, correspondiente a 125 millones 477 mil 782 pesos, será para la organización del proceso electoral. Esto es, para comprar boletas, mamparas, crayones, urnas, y todos los demás adminículos de kindergarten que hacen que los mexicanos nos sintamos orgullosos de vivir en una democracia. 

El 20 por ciento restante, 71 millones 751 mil 429 pesos, serán para los gastos ordinarios del Instituto Electoral de Coahuila (los 429 pesos me imagino, ya se ejercieron en gorditas y refrescos, para la reunión previa en donde se cabildeó con todos los integrantes del Consejo, el susodicho, el escandaloso presupuesto, que nunca nos cansaremos de cantar, de 374 millones 835 mil 749 pesos). 

Así en una sesión, y después de varias noches de insomnio y de sesudos análisis, los contadores, administradores, proyectistas  y representantes de partidos, definieron el presupuesto electoral. 

Posteriormente, fue sometido en una sesión pública a la consideración de todos los integrantes del Consejo, mismo que tuvieron a bien aprobarlo; pero como ellos, los consejeros electorales y los representantes de los partidos no tienen ni un centavo, lo único que producen son gastos, enviarán ese presupuesto al Congreso del Estado, para que una vez recibido en el Poder Legislativo, integrado éste por diputados, también miembros de los partidos políticos representados en el Consejo Electoral , aprueben de manera definitiva ese presupuesto. 

Los diputados, naturalmente, tampoco generan riqueza, solamente aprueban cómo se distribuye el dinero que la clase trabajadora y los empresarios aportan para el sostenimiento del país. 

Así funciona el sistema. Hay clase trabajadora y empresarios que generan dinero y pagan impuestos. Hay un Poder Ejecutivo que administra el dinero; hay un Poder Legislativo integrado por miembros de los partidos, que autoriza al Poder Ejecutivo cómo se gasta el dinero. También hay organismos que dicen que son autónomos en sus funciones, en este caso el encargado de organizar las elecciones, en donde también hay representantes de los partidos, y que deciden cuánto y en qué se utilizará el dinero. 

El juego de las elecciones es parecido al de la perinola. Muchos ponen y pocos toman todo. 

www.jesuscarranza.com.mx.

 

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