La voz de oro

Politicón
/ 28 julio 2019

Edwin Luna Franco, cantante de la Banda ‘La Trakalosa de Monterrey’, posee una voz extraordinaria que se destaca del resto de los cantantes populares de agrupaciones similares

Nuevo León es considerado la “cuna de la música norteña” dado que en la década de los sesenta surgió la industria discográfica que potenció el talento de la música de conjunto, que ya había aparecido en el noreste mexicano y en el sureste estadounidense.

“Los Madrugadores”, “Los Donneños” (originarios de Donna, Texas), “Los Alegres de Terán” (originarios de General Terán, N.L.) “Los Cadetes de Linares”, “Carlos y José” y “El Palomo y el Gorrión” fueron conjuntos de acordeón y bajo sexto que calaron hondo en el espíritu del pueblo, pues con sus canciones de amor y desamor acompañaron su vida cotidiana.

Eran tiempos en los que la música de conjunto adquirió el calificativo de norteña. Los integrantes de estos conjuntos provenían en general del campo, muchos de ellos habían sido labradores.

Servando Cano, quien desde hace décadas es representante de grupos de música norteña y hermano del mítico “Chito” Cano, me dijo un día a mediados de la década de los ochenta sobre estos músicos empíricos o líricos que “no se les han caído los cadillos”.

Con esta aseveración, Cano comunicaba que eran personas de procedencia realmente pobre y campesino, tanto que cuando inicialmente realizaban giras y se hospedaban en hoteles se quitaban los zapatos para no manchar las alfombras.

Algunos conjuntos de esta pléyade de artistas sencillos tuvieron entre su descendencia hijos que también se dedicaron a la música norteña, pero ninguno con brillo propio y sobresaliente como sus padres.

Este no fue el caso del hijo menor de Miguel Luna Franco, el Gorrión, del dueto “El Palomo y el Gorrión”, que concibió con su entonces esposa Raquel Laura López, quien fuera recepcionista de una importante estación de radio en Monterrey.

Edwin Luna Franco, cantante de la Banda “La Trakalosa de Monterrey”, posee una voz extraordinaria que se destaca del resto de los cantantes populares de agrupaciones musicales similares. La voz de Edwin es de un amplísimo registro vocal, ya que domina desde tonos graves hasta tonos agudos y sobre agudos, semejantes a los que distinguieron a su padre, pero con una figura juvenil que rememora a la de los astros cinematográficos globales por el estilo del vestuario, por los tatuajes y el estilo de vida.

Mucha gente joven en México y Centroamérica idolatra a Edwin, y destaca de él su manejo humilde. Lo he visto interactuar con sus fans y lo hace sin los aspavientos comunes en las personas famosas. Él encontró a la mujer de su vida en Kimberly Flores, una bella guatemalteca con la que procreó a Gianna, que hoy apena tiene un año de edad.

Kim y Edwin se casaron por todo lo alto en una ceremonia religiosa que se realizó en la Catedral de Monterrey. Thelma, mi esposa, y yo fuimos sus padrinos de lazo que mandamos hacer en plata y cristal –con un diseño exclusivo para ellos– con la artista y diseñadora lagunera Cynthia Rodríguez Chávez. La boda fue muy memorable por los artistas que participaron.

Mi ahijado de bautizo, confirmación y primera comunión que ha puesto su voz de oro a temas musicales como “Borracho de Amor” y “Mi Padrino el Diablo”, vivió el importante momento sin su padre, cuyo talento artístico heredó, siendo ahora la máxima figura de la segunda generación de los grandes conjuntos iniciadores de la música norteña.

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