Mirador 23/06/21
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Anoche y hoy por la mañana llovió por unanimidad en el Potrero. Le dije a don Abundio:
—También está lloviendo en Saltillo y Arteaga, en Santiago y Monterrey.
—¡Carambas! –exclamó azarado. ¡Pos está lloviendo en todo el mundo!
Los truenos me despertaron en la madrugada. Era la Sexta Sinfonía de Beethoven en la parte que tiene de enojada. Pensé que un rayo iba a caer sobre la casa y me encomendé a Santa Bárbara Doncella, líbrame de una centella.
En mi cuarto hay una gotera. Fui a la cocina a traer la olla grande y la coloqué de modo que recogiera la gota de agua. La gotera y la olla me regalaron un preludio de Chopin que me arrulló el sueño y me arrulló los sueños.
Por la mañana, al despertar, no tronaban ya los truenos, y la gotera había dejado de gotear. Caía una mansa lluvia franciscana. Me pregunté si seguiría lloviendo en todo el mundo. Me lo dirá don Juan Yervides, que cuando se ve el relámpago por el poniente dice: “Está lloviendo en Oaxaca”, y cuando se ve por el oriente dice: “Está lloviendo en Veracruz”.
¡Hasta mañana!...
Armando Fuentes Aguirre