Infonavit, pensiones y otras opciones de la 4T para financiarse

Opinión
/ 20 diciembre 2024

Esta semana se ha vivido de lleno la situación en la que el gobierno federal literalmente se apropió del poder de mando del Infonavit y de su dinero. Desde el Senado de la República, se mandó una iniciativa para que el Instituto ahora tenga una marcada presencia del gobierno federal en su comité de decisiones. Antes, el Infonavit tenía un órgano de gobierno tripartita, empresarios, sindicatos como representantes de los trabajadores y el gobierno federal, cada uno con poder de voto proporcional. Ahora, se propone que el gobierno federal tenga el 70 por ciento de los votos y los sindicatos y empresarios, el 30 por ciento restante. De esta forma, estos últimos dos se vuelven directamente participantes con opinión más no con capacidad de decidir o ser contrapeso.

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La pregunta que surge en la sociedad es porqué el gobierno federal volteó a ver al Infonavit repentinamente. La respuesta es simple, porque tiene mucho dinero. El Instituto está conformado por 2.4 billones de pesos, como lo oye, esto es casi el 25 por ciento del presupuesto del año 2025. Tiene 70 millones de cuentas, de las cuales solo 35 millones están activas en este 2024. El argumento para la propuesta de los senadores es la misma de siempre pero que no se prueba, “hay corrupción”. También se ha dicho que es necesario que funcione mejor, que participe más en una industria clave a nivel nacional como lo es la construcción. De hecho, el objetivo central de la propuesta es que sea el propio Infonavit quien construya en donde más haga falta y de esta forma se construyan casas que generan un crecimiento económico importante y contribuyen directamente a la calidad de vida de los ciudadanos. Aquí es donde está el problema. Para empezar, si es el propio gobierno federal quien asigne la obra y decida dónde construir, eso se presta para asuntos políticos más que económicos. Al parecer, será la federación quién decida a qué estados se les da prioridad en la construcción de vivienda, a qué personas, etc. Bajo esta perspectiva, sin pensar mal, una persona que pertenezca a un partido podría tener más probabilidades de tener una casa que una persona políticamente contraria al partido en el poder. Esto es, el organismo se puede volver un mecanismo clientelar (generar votos) de muy alto nivel, porque, además, se está planeando que no solo dé casas a quienes han cotizado, sino también a personas “en necesidad” (lo que está entre paréntesis lo puede interpretar cómo quiera porque no hay una definición). Esa es la parte que preocupa a los agentes económicos.

También es preocupante que el gobierno decida cómo usar lo disponible en este momento porque ha demostrado una gran ineptitud para el manejo de recursos que requieren una perspectiva de mercado. Desde la megafarmacia hasta el famoso “Gas del Bienestar”, se ha visto que, desde Palacio Nacional, las directivas gerenciales no son una de las mejores características gubernamentales. Por el contrario, la política es lo de ellos, pero gerenciar proyectos hasta el momento ha demostrado ser una de las carencias del partido en el poder. Se supondría que el dinero será utilizado únicamente para construir, eso dice la propuesta, pero si el gobierno ya tiene el control total del órgano, podrá canalizar recursos a otras áreas sin restricciones. Lo único que se le olvida al gobierno federal es que el dinero no es él, hay que dejar en claro que está usando o apropiándose de dinero privado y eso genera desconfianza en el sector privado, que por cierto, ni pío dijo.

Ahora bien, si ya se llevaron el dinero del Infonavit, qué se podría esperar en el futuro, que se utilice el dinero de las afores (pensiones privadas) para seguir financiando la falta de recursos que se tiene por parte del gobierno federal. Estas acciones se llevan a cabo porque dentro del presupuesto 2025 hay huecos que no se han cubierto. Por ejemplo, los recursos otorgados a Pemex no son suficientes ni siquiera para cumplir las obligaciones de deuda de este año, la CFE no tiene dinero para invertir en expandir la producción con una demanda de energía creciente. Como referencia, pensiones y programas sociales se llevarán el 23 por ciento del presupuesto. Por ello, el gobierno federal necesita seguir buscando de donde “agarrar” dinero para continuar con una operación que cada día cuesta más. Se agregarán en 2025 tres programas sociales más, pero no se generaron los recursos para pagarlos.

En 2023, los recursos totales del sistema de Afores en México sumaron 5 billones 975 mil 547 millones de pesos, lo que representa el 19.11 por ciento del PIB y el 55 por ciento del presupuesto de 2025. No hay duda de que será el siguiente escalón en la búsqueda de dinero tan necesario para el gobierno federal. Aquí, habrá menos problemas, porque se tendrá el discurso muy a la medida de que “fueron los neoliberales” los que cambiaron el sistema para beneficio de unos cuantos. Estoy de acuerdo en que el sistema actual de las pensiones privadas ha sido un gran fracaso para los trabajadores y una gran ganancia para las manejadoras de fondos, quienes en años pasados no reportaron ganancias por razones desconocidas. Además, la forma en que se asignaron no es correcta, imagine usted estimado lector, que el gobierno de hace 30 años le dijera “aquí tienes el dinero de otros (trabajadores) para que lo manejes, cuando ganes una parte es para ti y la otra para el trabajador, cuando pierdas, todo se lo cobras al trabajador”; ¿no cree que sería el mejor negocio de su vida? Un negocio donde usted no invirtió nada y todo el riesgo es del trabajador. Así están más o menor organizadas las Afores actuales (simplificando demasiado y a los que sepan mucho del tema les pido una disculpa pero el espacio es corto para explicar más).

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Ya para terminar mi prospectiva económica diré que lo último sobre lo que irá el gobierno federal será el Banco de México. Allí hay dinero ilimitado y una posibilidad de tener poder por mucho tiempo. Me baso en la experiencia de Argentina. Los peronistas eliminaron la independencia de su banco central para poder imprimir todo el dinero necesario para regalar en programas sociales, apoyos gubernamentales, compras de gobierno. Se imprimía dinero para pagar todo lo que se pudiera “requerir” para que la población no tuviera carencias, era el argumento peronista. En nuestro país, el Banco de México tiene las reservas internacionales además de tener la posibilidad de imprimir todo el dinero que el gobierno quisiera. Será mucha la tentación porque para 2027 no habrá de donde más generar recursos para la nación sobre todo cuando el margen de endeudamiento es cero. La prospectiva analítica dice que 2025 fue la hora del Infonavit, 2026 será la de las Afores (o antes) y 2027, el fin de la independencia del Banco de México. Ya hay rumores en los pasillos del Congreso de que estos asuntos no son especulaciones, sino planes en firme, para sacar a México del bajo crecimiento económico en el que nos encontramos el día de hoy. Prepárese porque si estás especulaciones se hacen realidad, habrá preocupaciones.

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