Saltillense Miguel Wheelock honra el legado familiar escalando el Everest

En el 25 aniversario de la hazaña histórica de su hermana Karla, acompañado por sus allegados, celebró este hito, enfrentando un reto físico y espiritual

Deportes
/ 20 diciembre 2024
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Hace poco más de un mes, en el 25 aniversario de la ascensión de su hermana Karla Wheelock al Everest, Miguel Wheelock, originario de Saltillo, Coahuila, decidió emprender su propia travesía hacia esta emblemática montaña.

Karla se consagró hace un cuarto de siglo como la primera y única coahuilense en alcanzar la cima más alta del mundo. Miguel se une a esta tradición familiar con una experiencia que define como “un reto físico y espiritual”.

Miguel explicó que su motivación principal para participar en esta expedición fue celebrar el logro de su hermana y compartir con ella un momento tan significativo.

$!La travesía hacia la cima: Miguel Wheelock sigue los pasos de su hermana Karla, 25 años después de su histórico ascenso al Everest.

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“Karla organizó esta expedición como parte de la celebración de sus 25 años desde que subió al Everest. Ella la llamó ‘Compartir lo sagrado’, un contacto profundo con la naturaleza y la montaña”, relató. La expedición contó con la participación de su hija, así como de amigos provenientes de Saltillo, Monterrey y otros puntos de México.

Aunque Miguel no es un montañista experimentado, dedicó tiempo a prepararse físicamente para este desafío: “Nos entrenamos en el Nevado de Toluca y logramos adaptarnos poco a poco. Subimos hasta los 5 mil 383 metros de altitud en el campamento base del Everest, explicó. Además del entrenamiento físico, Miguel destacó la importancia del aspecto mental para superar los retos de la montaña.

$!El viaje no solo es físico, sino también mental: ‘El 70% de lograr una meta está en la mente’, afirma Miguel Wheelock.

“El 70 por ciento o 80 por ciento de lograr una meta está en la mente, y el resto es físico. La falta de oxígeno, la dificultad para respirar, todo te obliga a estar completamente consciente y presente”, comentó. Esta preparación le permitió enfrentar con éxito los más de 150 kilómetros recorridos en siete días de ascenso y otros siete de descenso hasta el campamento base.

UNA EXPERIENCIA EN EL EVEREST, QUE TRANSFORMA

Miguel compartió que la travesía fue una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de la conexión consigo mismo y la gratitud. “En la montaña aprendes a valorar cosas tan simples como el agua caliente o un baño privado. Dormimos en chozas o pequeños refugios y tuvimos que adaptarnos a condiciones muy básicas”, recordó.

$!La conexión con la naturaleza: En la montaña, Miguel redescubre la importancia de la simplicidad y la gratitud por lo esencial.

La rutina diaria también fue un cambio significativo, pues “nos levantábamos a las cinco de la mañana, desayunábamos temprano y comenzábamos a caminar a las siete. Tuvimos que dejar de lado ciertos hábitos como el café o el alcohol para adaptarnos mejor a las condiciones”, explicó Miguel. Este cambio en los hábitos y la rutina le permitió redescubrir el valor de la simplicidad y el presente.

Un aspecto clave de la experiencia fue el enfoque en el ritmo lento y constante, una lección que Miguel considera aplicable a muchos aspectos de la vida: “El secreto para evitar el mal de montaña es avanzar despacio, un paso y una respiración a la vez. Esto te enseña a ser paciente y a estar en paz contigo mismo”.

Uno de los aprendizajes más profundos de Miguel fue la importancia de la introspección. “En la montaña no hay ruido de la ciudad, no estás rodeado de gente todo el tiempo. Esto te permite estar contigo mismo y descubrir cosas que en la rutina diaria no notas”, explicó.

La experiencia también le permitió conectar con su hija y con otros participantes de la expedición: “Todos aprendimos algo valioso. La montaña tiene una energía especial que te invita a regresar, a seguir explorando y conectándote con lo esencial”, mencionó, además la expedición incluyó a personas de diferentes edades y niveles de experiencia, lo que reforzó la idea de que cualquier persona puede lograrlo si se lo propone.

Miguel destacó que esta experiencia fue una forma de salir de su zona de confort y valorar lo que tiene en su vida cotidiana. “Estar en estas condiciones tan diferentes te hace darte cuenta de lo mucho que tenemos y de lo poco que realmente necesitamos. Es un ejercicio de gratitud y humildad”, comentó.

Además, comparó esta travesía con una meditación activa: “Es una meditación caminando. No se trata de velocidad, sino de presencia. Cada paso y cada respiración te acercan más a ti mismo y a la naturaleza”, explicó. También recordó las palabras de su hermana Karla sobre el “tercer polo”, en referencia al Everest como un lugar lleno de energía y significado.

$!La montaña como maestra: Miguel Wheelock reflexiona sobre la humildad y el respeto por la naturaleza que este desafío le ha enseñado.

¿QUÉ ES LO QUE VIENE PARA MIGUEL WHEELOCK?

Tras esta experiencia transformadora, Miguel regresará a su rutina diaria con una nueva perspectiva. Aunque no tiene planes inmediatos para nuevas expediciones, asegura que esta actividad ha dejado una huella profunda en su vida.

“Queda sembrada una semilla. Recomiendo esta actividad a cualquiera que quiera conocerse mejor y encontrar paz interior”, concluyó. Miguel también hizo un llamado a fomentar una cultura de respeto y aprecio por la naturaleza: “La montaña nos enseña a ser humildes y a respetar nuestro entorno. Espero que más personas puedan vivir esta experiencia y descubrir lo valiosa que es”, finalizó.

$!De Saltillo al Everest: Miguel comparte la experiencia con su hija y amigos, creando recuerdos que trascienden las fronteras físicas.

Con esta expedición, Miguel Wheelock no solo celebró el logro de su hermana, sino que también encontró en la montaña una forma de reflexionar, conectar y agradecer por las pequeñas y grandes cosas de la vida.

Esta entrevista se realizó el pasado 18 de noviembre, luego de que Miguel subiera el Everest

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