Otra blanca navidad
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¡Feliz Navidad y gracias por estar al pendiente de la llegada de nuestro Bosco, hoy viviremos sin duda una navidad sin igual, no lo olviden en sus oraciones!
No puedo dejar de pensar en que hace dos años pasábamos navidad en el hospital con cena muy sencilla y para llevar, jamás pensamos que sería la última navidad con nuestro hijo, sin embargo, hicimos de ese día una de las navidades más especiales de nuestra vida, en lugar de quejarnos o estar tristes por pasar esa navidad en el hospital como hicieron otras familias ahí mismo, nosotros en verdad la disfrutamos, teníamos todo... ¡que triste sería hoy voltear atrás y recordar esa última navidad alado de nuestro hijo tristes! Dios nos iluminó y nos permitió ver con claridad lo que en verdad importaba, nos permitió disfrutar el presente sin añorar el pasado ni desear un mejor presente.
Un año después buscábamos como pasar una Navidad distraídos sería la primera Navidad que pasábamos sin nuestro hijo y aún estaba muy reciente su muerte así que decidimos irnos a una playa y hospedarnos en un hotel que no aceptara niños donde la mayor parte eran extranjeros, por primera vez, no quisimos pasar Navidad con la familia porque sabíamos que iba a ser todavía más doloroso ver a los sobrinos jugar, nosotros no estábamos viviendo una situación normal y teníamos que adaptarnos a eso pensando en que sería lo menos doloroso de vivir como pareja y así lo hicimos, un año después sigo creyendo que fue la decisión correcta. A pesar de que tratamos de disfrutarla no puedo negar que fue una navidad muy dolorosa pero entendíamos a plenitud que era parte de nuestro duelo y de lo que teníamos que vivir.
Cuál sería nuestra sorpresa de que a pesar de un diagnóstico difícil para volvernos a embarazar por todos los problemas de salud que surgieron después a causa de tanto estrés viviendo encerrados esos casi dos años en el hospital, mal comiendo, mal durmiendo... una semana antes del primer aniversario luctuoso de nuestro hijo nos enterábamos de que un bebé arco iris venía a nuestras vidas a llenarla nuevamente de colores. Dios y me gusta decir que Luis Pablo también, se encargaban de que ese doloroso día de recuerdos del primer año sin su presencia tuviéramos una ilusión en nuestro corazón y no solo eso, Dios es tan bueno y siempre da a manos llenas que un día antes de navidad se encargó de mandar a nuestro segundo hijo, asegurándonos volver a pasar una navidad especial, nuevamente en el hospital, pero esta vez celebrando solamente.
Así pasa la vida... Dios manda a manos llenas al que cree pero sobre todo al que no pierde la esperanza y se ocupa en contar sus bendiciones más que sus tragedias. Sus tiempos son perfectos y por mucho que no entendamos sus designios no nos queda de otra más que agradecer tratando de disfrutar el día a día que es lo ÚNICO que tenemos seguro. Así que hoy disfrutemos está navidad venga como venga, estemos donde estemos, hagamos lo que hagamos pero sobre todo seamos agradecidos por las bendiciones que tengamos y tratemos de compartirlas porque solo así, compartiendo, empezaremos a ver no sólo noticias aterradoras sobre Siria si no también historias de personas comunes y corrientes que están haciendo algo bueno por alguien más.