Prefieren colgar sus garras en el tendedero... teniendo lavadora y secadora
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Acabo de terminar un zoom o una de esas madres virtuales de Microsoft -como se llamen- con un nutrido grupo de empresarios de varias partes del País y uno que otro que, siendo mexicano, opera en Estados Unidos.
Les platico: Lo más seguro es que no me vuelvan a invitar, después de que les sorrajé a boca de jarro dos frases que a todas luces no les cayeron bien a los organizadores.
Todo fue porque a la hora de los comentarios finales, uno de ellos me preguntó cómo resumiría el papel que está jugando la IP mexicana ante el gobierno de López Obrador.
Sin pensarlo mucho, le respondí:
Hagan de cuenta que teniendo lavadora y secadora en sus casas, prefieren colgar sus garras en el tendedero.
Y la segunda fue: Los abuelos de los actuales dirigentes de la IP -mal llamados “capitanes”, porque algunos ni a soldado raso llegan- llegaban en camión urbano a sus empresas.
Sus hijos, en un bocho, en un Fairmont o un Valiant.
Sus nietos en Mercedes, pero si siguen como hasta ahora, sus bisnietos van a andar en camión urbano y sus tataranietos o choznos, a pie.
Ahora sí, sigamos el gustado método de Jack El Destripador: parte por parte. Arre:
CUELGAN GARRAS EN EL TENDEDERO TENIENDO LAVADORA Y SECADORA Con ésta frase me referí a que presumiendo que sus empresas operan con la más alta tecnología, con métodos operativos de punta y con administraciones de última generación, la forma en que se mueven en sus opiniones públicas, son tan arcaicasque no les da para más que estar pegados todo el día a su celular buscando solucionar los problemas de México mediante memes y re enviando frases de otros, la mitad de ellas fakes.
No puedo creer que sus métodos de comunicación sean tan limitados, teniendo a su alcance las infraestructuras de sus empresas, que les permitirían compartir con sus amigos e incluso con su personal, análisis profundos tratados amigablemente sobre las raíces de los problemas que aquejan a nuestro País y más, sobre las posibles soluciones prácticas.
Como estoy en varios grupos de esos, veo que muchos de ellos son pródigos en manifestar sus buenos sentimientos, pero -tengo qué decirlo- algunos de sus razonamientos son tan bobos como los bobos a los que critican.
La IP mexicana es hoy una colección de buenas conciencias en proceso de decadencia.
Lo que sus líderes y muchísimos de sus agremiados vociferan sobre las fallas del gobierno, lo hacen tan en privado, tan en petit comité, que no son influencia para que la 4T corrija el rumbo.
Los leo y les escucho y más allá de la crítica no pasan. No levantan la mano ni quieren mostrar sus caras porque tienen pavor de que los brazos terroristas de la UIF y el SATles caigan encima a sus empresas.
A esto le llamé en el zoom “crítica de pacotilla” y alcancé a notar cómo se remolineaban en sus asientos mis interlocutores.
DEL CAMIÓN AL MERCEDES Y DE REGRESO AL CAMIÓN…O A PIE La proverbial austeridad y orientación al trabajo duro de los “Eugenio Garza Sada”y otros de su estirpe, pasó a la historia.
Su liderazgo -que hacía que presidentes les consultaran sobre las decisiones del País en sus propias casas- pasó a la historia para dar lugar a “líderes” comodinos, mamones y agachones que cuidan sus intereses y comodidades privadas, por encima de lo mucho de público que tienen sus negocios.
El empuje de los señorones de la industria del siglo pasado, se lo llevó el diablo.
El arrastre de multitudes y la valentía de los “Maquío”, se perdió en sus propios descendientes y en los otros de apellidos ilustres y de pedigrí, que casaron bien y hoy achican el prestigio de las empresas que heredaron.
Los nuevos empresarios -salvo honrosas excepciones- tienen miedo de expresar en público lo que en privado dicen del mal gobierno.
Y cuando cae en sus manos una iniciativa de auténtica transformación política, mediática y de otra índole -que podría ser poderosa con su apoyo- se hacen de la vista gorda, dicen que respaldan la intención pero no aportan ni un quinto, alegando que son más tacaños que don Eugenio y más pediches que el Tec de Monterrey.
CAJÓN DE SASTRE “Así, ni cómo”, dice la irreverente de mi Gaby y apuesta doble contra sencillo a que no me van a volver a invitar los del zoom. Y yo, como si nada…
placido@detona.com