Todas las partes, suman una parte

Politicón
/ 22 septiembre 2017

La operación empresarial de manera natural puede ocasionar impactos positivos y negativos. Por ello, es importante que las empresas consideren su gestión apoyada en la responsabilidad social empresarial (RSE), la cual mejora sus relaciones con sus accionistas, inversionistas, colaboradores, proveedores, clientes, sociedad y demás grupos de relación, conlleva a producir resultados positivos no financieros que generan factores importantes de imagen, reputación y competitividad en su mercado. 

Para ello, es recomendable que las empresas sean conscientes de los impactos positivos y negativos que su operación causa, tanto hacia su interior como a su exterior, ya que, a pesar que el valor de los intangibles no es fácil medirlos, no dejan de ser muy relevantes. Por tanto, es importante que las empresas determinen claramente a las personas a quienes impacta su funcionamiento.

Los grupos de relación, de interés, stakeholders o partes relacionadas, como también se les denomina, son aquéllos grupos de personas que pueden afectar o ser afectados por el funcionamiento de la empresa o de sus productos y servicios que ofrecen.

El nuevo paradigma de vinculación de la empresa con sus partes relacionadas que introdujo Edward Freeman en 1983, señalan que su Dimensión Restringida comprende a los grupos de personas que pueden influir significativamente en la sobrevivencia de la empresa; y la Dimensión Amplia, integra adicionalmente a los grupos que pueden afectar o ser afectados por la búsqueda de los objetivos sociales del negocio. 

Esta forma de gestión empresarial basada en las partes relacionadas, no pretende soslayar los derechos económicos y corporativos inherentes a la propiedad que detentan los accionistas, sino considerar a otros grupos de interés diferentes a los tenedores del capital relacionados con la empresa. 

De esta manera, la empresa como una forma de organización vinculada con numerosos y variados grupos de interés, busca incrementar su valor optimizando la relación que mantienen en beneficio recíproco.

En ese sentido, la relación beneficiosa de la empresa con sus grupos de interés, conduce a varios beneficios, entre los que pueden mencionarse: identificar oportunamente los asuntos o temas que puedan influir en la empresa y en su mercado, mejorar la gestión de riesgos y visualizar oportunidades, mejorar procesos e innovar productos y servicios, crear vínculos de confianza, generar credibilidad como socio o aliado, tomar decisiones analizadas.

De este modo, se puede referir la importancia que tienen las partes interesadas en el desempeño de las empresas en su entorno y la importancia de escuchar sus expectativas, las mismas que deben ser satisfechas mientras tengan vinculación e importancia relevante con los impactos generados por la empresa y su estrategia del negocio. 

Por tanto, es vital determinar la priorización de las partes interesadas de acuerdo, entre otras, con las responsabilidades legales, financieras y operativas según la legislación aplicable, convenios, políticas o prácticas vigentes que la empresa tenga con ellas; la influencia que tienen o puedan tener para influir en la capacidad de la empresa para lograr sus objetivos; la tensión que exista en su relación; el grado de dependencia mutua; la legitimidad de sus expectativas; y, la relación que los una esté alineada con la estrategia de la empresa. 

La relación con las partes interesadas puede variar para cada tema y en el tiempo, así como pueden surgir nuevos grupos de manera imprevista; por lo que, el mapeo de las partes relacionadas debe realizarse constantemente. Así, la suma de las partes interesadas o relacionadas junto con la empresa, forman una sola parte.

*Coordinador de Atención y Servicios de RSE en el Centro Mexicano para la Filantropía roberto.adame@cemefi.org Este texto es parte del proyecto de Cemefi en coordinación con VANGUARDIA, para la difusión de la Responsabilidad Social Empresarial.

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