Un verdadero hospital para Saltillo, así fue como nació en 1886

Politicón
/ 26 abril 2020

La pandemia de coronavirus marca la pertinencia de irnos a los viejos espacios dedicados en otros tiempos a la salud y la higiene de la ciudad. No existen muchos antecedentes documentales conocidos al respecto. Durante mucho tiempo, el cuidado de los enfermos recayó en instituciones de beneficencia y conventos, como el de los Paulinos, que entre sus actividades practicaba la muy piadosa de atender a los enfermos, auxiliados por las hermanas de alguna congregación religiosa. Cuando la medicina se profesionalizó, algunos saltillenses optaron por hacer los estudios correspondientes en el extranjero y regresaron posteriormente a su ciudad natal a ejercerla.

De una investigación todavía inédita de Gustavo García Dávila, tomo los siguientes datos. En un documento de 1846, el gobierno estatal pide al ayuntamiento una inspección de los enfermos que atiende “un hospital establecido en la casa conocida como de Abal”, ubicada muy céntricamente, al parecer frente a la entonces plaza de toros, en las actuales calles de General Cepeda, Aldama y Castelar, a fin de determinar el grado de contagio y en su caso reubicar el hospital en las orillas de la ciudad, para lo cual puede apoyarse del Cuerpo de Salud Militar, que de paso por la ciudad rumbo al Ejército del Norte, curaba y atendía a los enfermos civiles. En 1952, el gobierno estatal pretende vender algunas propiedades ya muy ruinosas para solucionar la pobreza provocada por la reciente guerra, entre las cuales menciona un “Hospital del Pueblo de San Esteban”. El mismo gobierno reconoce en documento fechado en 1868 las grandes cualidades filantrópicas de doña Agustina del Bosque de Pereyra, abuela del historiador don Carlos Pereyra, y la nombra directora del “hospital civil”, un establecimiento benéfico del cual ella ya se hacía cargo y para el que el gobierno concedía la cantidad de 50 pesos mensuales.

El primer Hospital Civil de Saltillo se fundó hasta 1886. Años atrás, dos reconocidos médicos de la época y miembros de distinguidas familias saltillenses, don Ramón Dávila de la Peña y don José Inés Figueroa, hicieron ver al ayuntamiento la necesidad de contar con un nosocomio para cubrir las necesidades de salud pública. Tanto el ayuntamiento como la sociedad saltillense hicieron suyo el proyecto y se nombró una Junta Directiva de Beneficencia, que recibía y administraba los fondos obtenidos de bailes, corridas de toros, colectas, obras teatrales y otros eventos organizados para recabar el dinero para la obra. Siete años después, el 15 de septiembre, se inauguró el hospital y se puso bajo la dirección del doctor Ramón Dávila de la Peña, prestigiado médico saltillense, quien fuera también presidente municipal y director del Ateneo Fuente.

Los doctores Dávila y Figueroa propusieron al ayuntamiento la construcción del hospital en un terreno de casi 15 mil metros cuadrados, elegido por sus características desde el punto de vista higiénico y su ubicación en las calles De la Fuente y Matamoros, al sur del antiguo panteón de Santiago, para lo cual solicitaron la apertura de las calles y señalaron la conveniencia de hacer una plazuela en el sitio para la mejor higiene del hospital.

El Hospital Civil de Saltillo fue el primer hospital formal de la ciudad. La placita se construyó hasta 1900, llevó el nombre de Cárdenas y después el de Matamoros, y se le adornó con los cañones del Fuerte de los Americanos. Frente a la plazuela funcionó el Mesón de Señora Santa Ana –del cual existe todavía algún rastro– que daba albergue a los carretoneros que venían principalmente de Arteaga cargados con productos para el mercado de la ciudad. El hospital se cerró en 1920. En sus terrenos se construyó en 1931 la Escuela Coahuila, y en parte de la antigua placita se levantó un jardín de niños, demolido en 2017 junto con otras viviendas para dar lugar a la nueva plaza Coahuila.

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