Recuerda que has de morir: La arquitectura de la vida y la muerte

Opinión
/ 5 noviembre 2023

“Yo aquí, junto a la puerta mirando el amanecer y mirando cuando te ibas, siguiendo el camino del cielo; por donde el cielo comenzaba a abrirse en luces, alejándote, cada vez más desteñida entre las sombras de la tierra”.- Juan Rulfo

¿Qué pasa cuando ya nada más pasa? La relación del ser humano con la muerte es compleja y personal, cuando alguien se va de forma permanente, deja de ser, de existir, le sobreviven los recuerdos en las personas que le rodeaban. Este concepto ampliamente estudiado en la filosofía y abordado de diversas maneras por las diferentes culturas y manifestaciones del arte a través del tiempo, nos une a todos por igual y sin distinciones. Pero la muerte no es el enemigo, es un hecho que ha de consumarse tarde o temprano.

Mientras tanto, para los que todavía somos y existimos, lidiar con esa certeza es común pero a la vez compleja y constante; la muerte es una debilidad incurable de los seres corporales dice August Corominas, profesor de Fisiología Humana, porque somos finitos y hasta el día de hoy no existe en nosotros, como seres humanos, esta posibilidad de eternidad, por lo menos no en el mundo físico. En otro sentido, Edgar Morin; sociólogo y filósofo francés dice que el hombre comienza las creencias religiosas a partir de enterrar a sus muertos y en el intento humano de desentramar este enigma. El culto a la muerte y a los fallecidos, también es una manera de perpetuar el cariño o el afecto hacia ellos, de quien permanece.

Para el arquitecto, uno de los retos más grandes y profundos es el diseño de los memoriales o la arquitectura fúnebre y funeraria, estos espacios que tienen la capacidad de ser como un muro de contención para el dolor de los vivos, respetar a los muertos y al mismo tiempo dar consuelo de una forma implícita y sutil. Además de mantener viva la memoria de los que ya no están. En nuestro país existen edificios que conmemoran la muerte tales como: el Jardín Funerario del Taller DIEZ 05 ubicado a veinte minutos de la ciudad y el puerto de Veracruz, la Casa Funeraria Tangassi de Tatiana Bilbao que se encuentra en el estado de San Luis Potosí y que ha sido definido por críticos y teóricos de la arquitectura, como un edificio que forma parte del proceso de duelo de un ser querido. Es decir; “la arquitectura entre la vida y el duelo” este lugar parte de la idea de que tanto la vida como la arquitectura están compuestos por límites y transiciones. Otros ejemplos como la Capilla del Atardecer por BNKR arquitectos localizada en los cerros de Acapulco en donde el objeto se mimetiza y encuentra un respeto absoluto al entorno y a quien se refugia en el espacio al habitarlo desde el dolor y la ausencia.

Sin embargo, por más estudios científicos o filosóficos, la realidad es que nunca podremos definir y explicar la muerte puesto que estamos vivos. Es una aproximación, un deseo de entender, un hecho que nos alcanza, un paso, una transición, una puerta o un umbral hacia otra cosa, que nos encuentra a todos y hacia donde todos, sin excepción, nos dirigimos.

Nuestra relación con la muerte desde nuestras tradiciones y nuestra propia finitud en el marco de nuestra cultura, son un sincretismo convertido en un ritual lleno de color, de olor, de sabor y formas, creencias y acciones vastas; como menciona Octavio Paz: “nuestra muerte ilumina nuestra vida”. Por eso nuestras tradiciones y el culto a los muertos representado en la celebración del Día de los Muertos están repletos de cargas simbólicas muy específicas y que van de lo individual a lo colectivo, son imágenes que se encuentran en el inconsciente y que todos compartimos.

La arquitectura patrimonial, es también un reflejo de nosotros mismos, de nuestra cultura, nuestros rituales y nuestras tradiciones, tal vez, el edificio también muere cuando se le abandona o se le olvida, la arquitectura se convierte en una idea, en un objeto material que guarda límites, transiciones, umbrales, ausencias, memorias, temporalidades e historia, que son de especial relevancia y que también nos conducen al fin de la vida.

Arquitecta por la Universidad de Monterrey. Cursó la maestría en Arquitectura con especialidad en diseño y tecnología ambiental en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Coahuila, donde fue becaria del CONACYT y enfoca su investigación para la obtención del grado a los usos, aplicaciones y adaptaciones de la arquitectura vernácula a las nuevas demandas de la época actual. Es profesora investigadora con perfil PRODEP y coordinadora de posgrado en la Escuela de Artes Plásticas Prof. Rubén Herrera de la UA de C. Forma parte de la Academia de investigación, es miembro del comité de reforma curricular de ambas carreras, miembro del comité de la Maestría en Arte y Diseño, así como del Núcleo académico Básico del mismo programa, miembro del cuerpo académico “Expresión visual” de la licenciatura en Diseño Gráfico. Coordina la plataforma In Signia, sitio dedicado al estudio, promoción y preservación del patrimonio y los símbolos que conforman la identidad en su ciudad natal. Becaria del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) Coahuila en el año 2012 en el área de patrimonio y como creadora con trayectoria en 2021, coordinadora del libro Umbrales. El centro de Saltillo. Visiones desde la transdisciplina, donde además colabora con un capítulo, ganadora del premio de periodismo cultural Armando Fuentes Aguirre “Catón” emisión número 23 en categoría Prensa.

Formó parte del equipo de diseño del prototipo de vivienda sustentable propuesto por el CINVESTAV. Autora del capítulo “Apropiarse el territorio” en “Dimensiones del Espacio” libro editado por la UAdeC. Colaboradora en diversas revistas de divulgación a nivel nacional y regional como la Gazeta del Archivo Municipal de Saltillo. Es analista, gestora y asesora en temas de reglamentación urbana. Estudiante de Doctorado en Arquitectura y Urbanismo en la Facultad de Arquitectura de la misma universidad en donde desarrolla proyectos de investigación relacionados con el patrimonio, los imaginarios y emblemas simbólicos.

COMENTARIOS

NUESTRO CONTENIDO PREMIUM