‘¡Reflexiona. Yo sí!’
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Se empieza a allanar el sendero para una sucia guerra mediática que preparará el camino a un posible fraude electoral en Coahuila; no es ningún secreto. Hablamos de la próxima elección de gobernador en junio de 2023, de la que ya tienen una puesta en escena con la campaña “¡Reflexiona. Yo si!”, encabezada por organismos de la sociedad civil sin fines de lucro, cámaras empresariales, iglesia, universidades y académicos apartidistas, según ellos “preocupada por la seguridad de Coahuila y otros temas públicos –desarrollo económico, salud, educación y etc.–” . Aunque se dicen sin una parcialidad hacia un partido político, y no muestran una simpatía clara a qué partido se debe apoyar para la elección, sí dejan claro a qué partido no hay que apoyar con su campaña propagandística masiva frontal contra el espectro que se cierne sobre Coahuila: el espectro de la 4ta transformación.
La estrategia es similar a la utilizada por la oligarquía que se sintió amenazada con perder sus privilegios en la elección presidencial de 2006, 2012 y 2018 en la cual el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y los medios de información corporativos nacionales entablaron una campaña de guerra sucia mediática frontal de desprestigio, calumnias y mentiras, al ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, con mensajes y artimañas que persisten hacia el momento atacando un gobierno que ve primero por el pueblo.
Lo anterior es un método que se conoce como guerra mediática de baja intensidad, que consiste en difundir noticias falsas de manera masiva cumpliendo la regla de la ultraderecha “difunde una mentira mil veces hasta que se convierta en una verdad”; un uso de exageradas notas amarillistas, sensacionalistas y tendenciosas en todo los medios corporativos de información, espectaculares, redes sociales y una inmensa cantidad de costosas granjas de bots. Estas son prácticas usadas por las grandes élites económicas, políticas, religiosas, de prensa y en algunos casos hasta militares en las últimas décadas para desestimar a los movimientos de izquierda y los gobiernos progresistas de corte popular en América Latina. Son golpes bajos de parte de la oligarquía que siente amenazados sus intereses y privilegios.
Este tipo de mecanismos exceptúa a que el candidato priista o personaje perfilado como candidato de la élite no sea acusado de actos de guerra sucia, de calumnias o descalificaciones, ya que una estructura paralela está haciendo el trabajo de golpetear a la gente de la cuarta transformación detrás de una máscara común de un grupo de personas pertenecientes a la sociedad civil. Les deja tirar la piedra y esconder la mano. De esta forma no se involucra ni al partido ni al candidato y todos a quedan a salvo.
Es evidente una campaña de este tipo hacia Morena y la 4ta transformación donde una pantomima “ciudadana” se la ha pasado culpando de todos los males que suceden en el país al gobierno federal. Hablamos de problemas que han estado presentes por décadas, mismos que incluso los sexenios anteriores permitieron y no atendieron, y que esta pseudo campaña de reflexión de la sociedad civil y organizaciones patronales sólo observaron y callaron porque sus interés estaban protegidos. Sin embargo, el cambio de rumbo de la política de pillaje y saqueo del país hacia la procuración de bienestar del pueblo, es efectivo en términos tanto cualitativos como cuantitativos:
La disminución del 10 por ciento de los homicidios en 2022 con respecto al último año del sexenio de Peña Nieto, no es algo por lo que hay que celebrar pero es un avance importante en materia de seguridad. Debemos recordar que la ola de inseguridad que empezó en el sexenio de Felipe Calderón al declarar la absurda guerra contra el crimen organizado, provocó un crecimiento estratosférico de los homicidios en un 192 por ciento y desde 2007, cada año es el año más violento. Es por eso, que en la administración posterior la tendencia continuó a la alza.
Algo que sí hay que celebrar es el aumentó histórico del salario mínimo del 46 por ciento de 2018 a 2022, además del anuncio de un incremento de 20 por ciento para el próximo año que tendrá una recuperación del 91 por ciento del poder adquisitivo del salario mínimo.
Del mismo modo, la eliminación de la subcontratación –outsourcing– ha beneficiado a más de 2.6 millones de trabajadores que laboraban en un esquema deplorable sin ninguna prestación de ley, además de que ahora 25 millones de familias reciben al menos un programa social que garantiza su bienestar social y es un derecho constitucional.
Por primera vez, en dos décadas se atiende a las juventudes con el programa Jóvenes Construyendo el Futuro que ha capacitado a 2.4 millones de jóvenes en 4 años de gobierno.
En materia de crecimiento económico, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) que mide el rendimiento de la economía a corto plazo de forma mensual, indicó que en el mes septiembre de 2021 a septiembre 2022, el crecimiento de la actividad económica fue de 4.7 por ciento y de manera consecutiva en el mes de octubre, en el mismo periodo respecto al año pasado, creció un 5.2 por ciento.
Sumado a lo anterior, la inversión extranjera directa es histórica con más de 27 mil millones de dólares, algo no visto desde el 2013. Esto refleja la confianza de los capitales extranjeros al gobierno federal; así mismo, el número de trabajadores formales inscritos al Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS) es, en el mes de noviembre, de más de un millón, algo jamás visto desde que se tiene un registro, contando con un salario promedio mensual de 14 mil 600 pesos.
En materia de Salud, la atención y el medicamento son gratuitos siendo o no derechohabientes porque es un derecho supremo la salud digna a toda la población.
Me llevaría todas las líneas de esta columna demostrar los grandes avances del gobierno popular de la 4ta transformación. No obstante, ese no es el motivo de la opinión, lo que sí es motivo es desenmascarar la campaña emprendida con una sucia guerra mediática de las organizaciones de las sociedad civil y el sector empresarial. No es algo aislado, tiene su razón de ser porque como ya he mencionado, se ven amenazados sus intereses y privilegios, mismos que los gobiernos priistas en Coahuila les habían otorgado. Además existe otra razón importante: las élites económicas y políticas recuperarán el gobierno del estado con el candidato que el PRI perfila, cosa que en los últimos 3 sexenios no se había dado porque no han instaurado gobernadores de la clase alta de Coahuila, y en esta ocasión se trata de un hijo de la elite –un junior–. Alguien que por su condición de clase abrirá las puertas a las altas esferas económicas y políticas favoreciendo el enriquecimiento del sector privado, conduciendo a la privatización de los pocos bienes públicos que el gobierno de Coahuila tiene para así culminar el saqueo al pueblo coahuilense.
La guerra sucia será frontal, hay que estar prevenidos; el tema mediático es el primer paso. Luego serán foros, pláticas, talleres, manifestaciones y agitaciones para infundir el miedo al pueblo que ruega por un cambio profundo.
No caigamos en provocaciones, intimidaciones y en noticias falsas. Organicémonos en torno a la esperanza de cambio profundo con un gobierno que se merece el pueblo, uno que debe ser emanado de la 4ta transformación. Que la suciedad de esta guerra no nos salpique y mantengamos la cabeza en alto: las cifras y estadísticas del gobierno que respaldamos hablan de por qué debemos seguir confiando que se nota en la felicidad del pueblo; las estadísticas de ellos dicen todo lo contrario.
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